02 de diciembre Sábado de la 34ª semana del Tiempo Ordinario. Feria. Primeras
vísperas del Primer domingo de Adviento. Salt. 2ª semana.
Primera Lectura
La realeza y el dominio
serán entregados al pueblo de los santos del Altísimo
Lectura de la profecía de Daniel 7, 15-27
Yo, Daniel,
quedé profundamente turbado en mi espíritu, y las visiones de mi imaginación me
llenaron de espanto. Me acerqué a uno de los que estaban de pie y le pregunté
la verdad acerca de todo aquello.
El me habló
y me hizo conocer la interpretación de las cosas. —«Esos cuatro animales
enormes son cuatro reyes que se alzarán de la tierra; y los Santos del Altísimo
recibirán la realeza, y la poseerán para siempre, por los siglos de los
siglos.»
Entonces
quise saber la verdad acerca del cuarto animal, que era diferente de todos los
demás, extremadamente terrible, y que tenía dientes de hierro y garras de
bronce: el que devoraba, trituraba y pisoteaba el resto con las patas; y
también acerca de los diez cuernos de su cabeza, y del otro cuerno que se había
elevado y ante el cual habían caído tres; es decir, el cuerno que tenía ojos y
una boca que hablaba con insolencia, y que parecía más grande que los otros. Yo
miraba, y este cuerno hacía la guerra a los Santos del Altísimo y prevalecía
sobre ellos, hasta que vino el Anciano, se hizo justicia a los Santos del
Altísimo y llegó el momento en que los Santos entraron en posesión de la
realeza.
El habló
así: —«En lo que respecta al cuarto animal, habrá sobre la tierra un cuarto
reino, diferente de todos los reinos: él devorará toda la tierra, la pisoteará
y la triturará. En cuanto a los diez cuernos, de este reino surgirán diez
reyes, y otro surgirá después de ellos: será diferente de los anteriores y
abatirá a tres reyes. Hablará contra el Altísimo y maltratará a los Santos del
Altísimo. Tratará de cambiar los tiempos festivos y la Ley, y los Santos serán
puestos en sus manos por un tiempo, dos tiempos y la mitad de un tiempo.
Pero luego
se sentará el tribunal, y a ese rey se le quitará el dominio, para que sea
destruido y aniquilado definitivamente. Y la realeza, el dominio y la grandeza
de todos los reinos bajo el cielo serán entregados al pueblo de los Santos del
Altísimo. Su reino es un reino eterno, y todos los imperios lo servirán y le
obedecerán.» Palabra de Dios.
SALMO Dn 3, 82. 83. 84. 85. 86. 87
Todos los hombres, bendigan al Señor.
R. ¡Alábenlo y glorifíquenlo eternamente!
Israel,
bendice al Señor.
R. ¡Alábenlo y glorifíquenlo eternamente!
Sacerdotes
del Señor, bendigan al Señor.
R. ¡Alábenlo y glorifíquenlo eternamente!
Servidores
del Señor, bendigan al Señor.
R. ¡Alábenlo y glorifíquenlo eternamente!
Espíritus y
almas de los justos, bendigan al Señor.
R. ¡Alábenlo y glorifíquenlo eternamente!
Santos y
humildes de corazón, bendigan al Señor.
R. ¡Alábenlo y glorifíquenlo eternamente!
EVANGELIO
Estad prevenidos, para
quedar a salvo de todo lo que ha de ocurrir
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 21,
34-36
Jesús dijo a
sus discípulos:
—«Tengan cuidado de no dejarse aturdir por los
excesos, la embriaguez y las preocupaciones de la vida, para que ese día no
caiga de improviso sobre ustedes como una trampa, porque sobrevendrá a todos
los hombres en toda la tierra.
Estén
prevenidos y oren incesantemente, para quedar a salvo de todo lo que ha de
ocurrir. Así podrán comparecer seguros ante el Hijo del hombre.» Palabra del Señor.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 21, 34-36
pertenece al discurso
apocalíptico de Jesús y se encuentra dentro del contexto del capítulo 21 de
Lucas, donde Jesús habla a sus discípulos sobre los signos del fin de los
tiempos y la venida del Hijo del Hombre. Aquí está el pasaje en cuestión:
En este pasaje, Jesús advierte a
sus seguidores sobre los peligros de la disipación, la embriaguez y las
preocupaciones mundanas que pueden endurecer el corazón y distraerlos de lo
esencial. La propuesta teológica y espiritual que se desprende de estos
versículos incluye varios puntos clave: Vigilancia espiritual, Oración
constante, Preparación para la venida del Hijo del Hombre.
En resumen, el pasaje de Lucas
21, 34-36 nos insta a mantener una vida espiritual vigilante, centrada en
la oración y preparada para el encuentro con Cristo. Esta enseñanza resalta la
importancia de estar arraigados en la fe y conscientes de las realidades
espirituales, en lugar de dejarse llevar por las distracciones y preocupaciones
del mundo.
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