01 de diciembre, Viernes de la 34ª semana del Tiempo Ordinario. Feria.
Salt. 2ª semana.
Primera lectura
Lectura
de la profecía de Daniel 7, 2-14
Yo,
Daniel, tuve una visión nocturna: los cuatro vientos del cielo agitaban el
océano. Cuatro fieras gigantescas salieron del mar, las cuatro distintas. La
primera era como un león con alas de águila; mientras yo miraba, le arrancaron
las alas, la alzaron del suelo, la pusieron de pie como un hombre y le dieron
mente humana. La segunda era como un oso medio erguido, con tres costillas en la
boca, entre los dientes.
Le
dijeron: «¡Arriba! Come carne en abundancia.»
Después
vi otra fiera como un leopardo, con cuatro alas de ave en el lomo y cuatro
cabezas. Y le dieron el poder. Después tuve otra visión nocturna: una cuarta
fiera, terrible, espantosa, fortísima; tenía grandes dientes de hierro, con los
que comía y descuartizaba, y las sobras las pateaba con las pezuñas. Era
diversa de las fieras anteriores, porque tenía diez cuernos. Miré atentamente
los cuernos y vi que entre ellos salía otro cuerno pequeño; para hacerle sitio,
arrancaron tres de los cuernos precedentes. Aquel cuerno tenía ojos humanos y
una boca que profería insolencias. Durante la visión, vi que colocaban unos
tronos, y un anciano se sentó; su vestido era blanco como nieve, su cabellera
como lana limpísima; su trono, llamas de fuego;
sus
ruedas, llamaradas. Un río impetuoso de fuego brotaba delante de él. Miles y
miles le servían, millones estaban a sus órdenes. Comenzó la sesión y se
abrieron los libros. Yo seguía mirando, atraído por las insolencias que
profería aquel cuerno;
hasta
que mataron a la fiera, la descuartizaron y la echaron al fuego. A las otras
fieras les quitaron el poder, dejándolas vivas una temporada. Mientras miraba,
en la visión nocturna vi venir en las nubes del cielo como un hijo de hombre,
que se acercó al anciano y se presentó ante él. Le dieron poder real y dominio;
todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio es eterno y no
pasa, su reino no tendrá fin. Palabra de Dios
Montes y cumbres,
bendecid al Señor. R/.
Cuanto germina en la tierra,
bendiga al Señor. R/.
Manantiales,
bendecid al Señor. R/.
Mares y ríos,
bendecid al Señor. R/.
Cetáceos y peces,
bendecid al Señor. R/.
Aves del cielo,
bendecid al Señor. R/.
Fieras y ganados,
bendecid al Señor. R/.
Evangelio
Lectura
del santo evangelio según san Lucas 21, 29-33
En
aquel tiempo, expuso Jesús una parábola a sus discípulos: «Fijaos en la higuera
o en cualquier árbol: cuando echan brotes, os basta verlos para saber que el
verano está cerca. Pues, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está
cerca el reino de Dios. Os aseguro que antes que pase esta generación todo eso
se cumplirá. El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán.» Palabra
del Señor
IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII
Lectura del santo evangelio según san Lucas 21, 29-33
es parte del discurso apocalíptico de Jesús que se encuentra en el
Evangelio según San Lucas. En esta sección, Jesús habla a sus discípulos sobre
señales del fin de los tiempos y el juicio final. La sección específica que
mencionaste se refiere a la parábola de la higuera, que es una metáfora para
comprender los signos de los tiempos.
En este pasaje, Jesús utiliza la analogía de la higuera y los árboles
para enseñar a sus discípulos sobre la importancia de reconocer las señales de
los tiempos y estar preparados para la llegada del reino de Dios. Asimismo,
Jesús afirma que, aunque los cielos y la tierra pasarán, sus palabras
permanecerán.
La propuesta teológico-espiritual que se extrae de este pasaje
incluye la importancia de la vigilancia espiritual, la capacidad de discernir
los signos de los tiempos y la confianza en la durabilidad y la verdad de las
palabras de Jesús. Además, Jesús insta a sus seguidores a estar preparados para
la venida del reino de Dios y a confiar en la fiabilidad de sus enseñanzas
incluso en medio de los cambios cósmicos.
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