Junio 9 Domingo
10° del Tiempo Ordinario. Verde. Misa: Del domingo; Gl.; Cr.; Prf. Dominical I-X. Leccionario Dominical C: 1R 17,17-24 / Sal 30(29),3-4.5-6. 12ac-13 (R. cf. 2a.4a) / Ga 1,11 -19 / Lc 7,11-17. Oficio: Del domingo; Te Deum; Salt. 2a semana. - Nuestra Señora del Milagro: Reina de la Arquidiócesis de Tunja, Fiesta.
ACCESO A LECTURAS BÍBLICAS: http://www.ciudadredonda.org/lectura/?f=2013-06-09
Habiendo leído los textos bíblicos, podremos comprender: En el contexto de la primera lectura del
libro de los Reyes, habiéndose secado el torrente “Querit”, indicó Dios a Elías
que se trasladara a Sarepta. Elías le pide hospedaje y comida, a una mujer
fenicia viuda que tan sólo tenía un hijo muy joven, que le responde, poniendo a
Yahvé por testigo, que no dispone de pan cocido. El texto de hoy narra la
llegada del profeta al hogar de la viuda, ésta cree que su llegada trae la
cuenta de cobro de Dios por su pasado, pues empiezan a aparecer las desgracias
sobre el hogar; su hijo enferma y muere. La acción del profeta en
agradecimiento es interceder ante Dios, por la mujer que lo hospeda. Es ocasión
para devolverle la vida al joven, la mujer reconoce que en verdad el profeta
viene en nombre de Yahvé.
El Salmo 30
titulado, Acción de Gracias después de una Enfermedad grave, himno
eucarístico de un justo que,
después de hallarse postrado en el lecho del dolor, fue liberado, gracias a la intervención divina, de la
muerte segura. Yahvé le dio una prueba
evidente de su misericordia, haciendo que su dolor se convirtiera en alegría.
La segunda lectura, carta que
escribe Pablo a la comunidad de Galacia, expone el origen del anuncio de la
Noticia de la llegada del Mesías, Hijo de Dios, proveniente del mismo Dios de
sus Padres. El apóstol siempre pretendió
comunicarse y darse a conocer a los primeros apóstoles para que le dieran la aprobación
de su apoyo evangelizador por orden del mismo Resucitado.
Terminada
la lectura del Evangelio de San Marcos continuamos la lectura de San Lucas. La
llegada del Hijo de Dios a la tierra tuvo una misión: devolver la dignidad a
todos, los que la tradición y el hombre le han quitado, a los preferidos de
Dios. Hoy en autor describe en la ciudad de Naím
(La Bella, La Graciosa), a una mujer, viuda que acaba de
perder a su hijo “hore shakul” (הורה שכול) y va
camino a la desgracia. Según la costumbre Judía es importante en la tribu, el varón que es
consagrado a y por Yahvé, por medio de la circuncisión. La mujer está destinada
para ser compañía del hombre, concebir
descendencia al varón, ella dependerá de él y la dominará. Si el varón muere
pierde su valor y su misión, también sus hijos y los bienes adquiridos, los
últimos pasan a manos del estado; sólo podrá recuperarlos si se lleva a cabo la
ley del levirato: casarse con uno de los hermanos del fallecido para continuar
la sucesión; si no existe hermano, pierden absolutamente todo. La mujer pasa a
ser viuda y los hijos, huérfanos; sus bienes pasan al estado. Hoy en día los
bienes son para ayudar y fortalecer las diferentes obras sociales que favorecen
orfanatos, hogares geriátricos, construir en la nación lugares utilizados por
ellos como ascensores, sillas para inválidos en las calles, etc. Una posibilidad que tenía la viuda era
que su hijo al cumplir la mayoría de edad podía presentar una querella al
tribunal para recuperar los bienes, pero en ese caso el único hijo está muerto.
La mujer perdió la única esperanza que tenía, al ponerla en su único hijo. Según la costumbre judía, lo llevaban a
enterrar sobre una camilla, envuelto el cuerpo en lienzo blanco, y la cabeza en
un sudario, o en ocasiones descubierta; El entierro solía ser al atardecer del
día del fallecimiento. Un dato importante según la ley de la impureza no se
podía tocar un muerto. Por tal razón Jesús se presenta para devolverle la
dignidad y el valor a todos los que la han pedido, por tal razón dice: «¡Muchacho, a ti te lo digo,
levántate!» La voz del dueño de la vida, quien resucitó de entre los muertos,
le dijo al muerto “Levántate”. Es el momento en que se levantan todos los que
han puesto su confianza en las cosas materiales, en las personas, en la
tradición, lo habían perdido todo, pero poner la confianza plena, en Jesús nos
devuelve la esperanza de hallar el tesoro más grande: la salvación eterna. Por
tal razón hasta quien yace muerto regresa a la vida, porque creyó en la
predicación de Jesús y esperó en Él. La mujer también creyó en su Palabra, y
vivió el resucitado en su corazón para creer en Él y esperar sólo en el dueño
de la vida; de ésta manera mantendrá viva la esperanza en su corazón. Podrías compartir este relato con quien creas necesite de éstas palabras.

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