6 de octubre Domingo 27º del Tiempo Ordinario. - Ciclo B. Salt. 3ª semana.
Primera lectura
Y serán los dos una sola carne
Lectura del libro del Génesis 2, 18-24
El Señor Dios se dijo:
«No es bueno que el hombre esté solo; voy a hacerle a
alguien como él, que le ayude».
Entonces el Señor Dios modeló de la tierra todas las
bestias del campo y todos los pájaros del cielo, y se los presentó a Adán, para
ver qué nombre les ponía. Y cada ser vivo llevaría el nombre que Adán le
pusiera.
Así Adán puso nombre a todos los ganados, a los
pájaros del cielo y a las bestias del campo; pero no encontró ninguno como él,
que le ayudase.
Entonces el Señor Dios hizo caer un letargo sobre
Adán, que se durmió; le sacó una costilla, y le cerró el sitio con carne.
Y el Señor Dios formó, de la costilla que había sacado
de Adán, una mujer, y se la presentó a Adán.
Adán dijo:
«¡Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi
carne! Su nombre será "mujer", porque ha salido del varón».
Por eso abandonará el varón a su padre y a su madre,
se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne. Palabra de Dios
Salmo 127, 1-2. 3. 4-5a.5b-6
R/. Que el Señor nos
bendiga todos los días de nuestra vida.
V. Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien. R/.
V. Tu mujer, como parra fecunda,
en medio de tu casa;
tus hijos, como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa. R/.
V. Esta es la bendición del
hombre
que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sion,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida. R/.
V. Que veas a los hijos de tus
hijos.
¡Paz a Israel! R/.
Segunda Lectura
El santificador y los santificados proceden todos del
mismo
Lectura de la carta a los Hebreos 2, 9-11
Hermanos:
Al que Dios había hecho un poco inferior a los
ángeles, a Jesús, lo vemos ahora coronado de gloria y honor por su pasión y
muerte. Pues, por la gracia de Dios, gustó la muerte por todos.
Convenía que aquel, para quien y por quien existe
todo, llevara muchos hijos a la gloria perfeccionando mediante el sufrimiento
al jefe que iba a guiarlos a la salvación.
El santificador y los santificados proceden todos del
mismo.
Por eso no se avergüenza de llamarlos hermanos. Palabra
de Dios.
EVANGELIO
Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre
Lectura del santo Evangelio según San Marcos 10, 2-16
En aquel tiempo, acercándose unos fariseos,
preguntaban a Jesús para ponerlo a prueba:
«¿Le es lícito al hombre repudiar a su mujer?».
Él les replicó:
«¿Qué les ha mandado Moisés?».
Contestaron:
«Moisés permitió escribir el acta de divorcio y
repudiarla».
Jesús les dijo:
«Por la dureza en su corazón dejó escrito Moisés este
precepto. Pero al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer. Por
eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los
dos una sola carne.
De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues
lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre».
En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre
lo mismo.
Él les dijo:
«Si uno repudia a su mujer y se casa con otra, comete
adulterio contra la primera. Y si ella repudia a su marido y se casa con otro,
comete adulterio».
Acercaban a Jesús niños para que los tocara, pero los
discípulos los regañaban.
Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo:
«Dejen que los niños se acerquen a mí: no se lo
impidan, pues de los que son como ellos es el reino de Dios. En verdad les digo
que quien no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él».
Y tomándolos en brazos los bendecía imponiéndoles las
manos. Palabra del Señor.
6 de octubre Domingo 27º del Tiempo Ordinario.
- Ciclo B.
Primera lectura - Y serán los dos una sola carne
Lectura del libro del Génesis 2, 18-24
Salmo 127, 1-2. 3. 4-5a.5b-6
R/. Que el Señor nos
bendiga todos los días de nuestra vida.
Segunda Lectura - El santificador y los santificados proceden todos del
mismo
Lectura de la carta a los Hebreos 2, 9-11
EVANGELIO - Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre
Lectura del santo Evangelio según San Marcos 10, 2-16
El mensaje de este
evangelio es claro: el matrimonio no es solo un acuerdo humano, sino un
proyecto divino de vida y amor. Es un reflejo del amor de Dios por la
humanidad, un amor que es fiel y eterno. Así como Jesús nos invita a acoger el
Reino de Dios como niños, con humildad y pureza de corazón, también nos invita
a vivir nuestras relaciones con el mismo amor generoso y sincero.
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