07 de octubre, Lunes de la 27ª semana del Tiempo Ordinario. Memoria Obligatoria. Bienaventurada Virgen María del Rosario. Salt. 3ª semana.
Primera
lectura
No he
recibido ni aprendido de ningún hombre el Evangelio, sino por revelación de
Jesucristo
Lectura de la carta del apóstol san
Pablo a los Gálatas 1, 6-12
Hermanos:
Me maravilla que hayan abandonado tan
pronto al que los llamó por la gracia de Cristo, y se hayan pasado a otro
evangelio. No es que haya otro evangelio; lo que pasa es que algunos los están
turbando y quieren deformar el Evangelio de Cristo. Pues bien, aunque nosotros
mismos o un ángel del cielo les predicara un evangelio distinto del que les
hemos predicado, ¡sea anatema! Lo he dicho y lo repito: Si alguien les anuncia
un evangelio diferente del que recibieron, ¡sea anatema! Cuando digo esto,
¿busco la aprobación de los hombres, o la de Dios?, ¿o trato de agradar a los
hombres? Si siguiera todavía agradando a los hombres, no sería siervo de
Cristo.
Les hago saber, hermanos, que el Evangelio
anunciado por mí no es de origen humano; pues yo no lo he recibido ni aprendido
de ningún hombre, sino por revelación de Jesucristo. Palabra de Dios.
Salmo 110, 1-2.7-8.9.10c
R/. El Señor recuerda siempre su
alianza
V. Doy gracias al
Señor de todo corazón,
en compañía de los rectos, en la asamblea.
Grandes son las obras del Señor,
dignas de estudio para los que las aman. R/.
V. Justicia y verdad
son las obras de sus manos,
todos sus preceptos merecen confianza:
son estables para siempre jamás,
se han de cumplir con verdad y rectitud. R/.
V. Envió la
redención a su pueblo,
ratificó para siempre su alianza.
Su nombre es sagrado y temible.
La alianza del Señor dura por siempre. R/.
Evangelio
¿Quién
es mi prójimo?
Lectura
del santo evangelio según san Lucas 10, 25-37
En aquel tiempo, se levantó un maestro de la ley y preguntó a Jesús para
ponerlo a prueba:
«Maestro, ¿qué tengo que hacer para
heredar la vida eterna?».
Él le dijo:
«¿Qué está escrito en la ley? ¿Qué lees en
ella?».
Él respondió:
«"Amarás al Señor, tu Dios, con todo
tu corazón y con toda tu alma y con toda tu fuerza " y con toda tu mente.
Y "a tu prójimo como a ti mismo"».
Él le dijo:
«Has respondido correctamente. Haz esto y
tendrás la vida».
Pero el maestro de la ley, queriendo
justificarse, dijo a Jesús:
«¿Y quién es mi prójimo?».
Respondió Jesús diciendo:
«Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó,
cayó en manos de unos bandidos, que lo desnudaron, lo molieron a palos y se
marcharon, dejándolo medio muerto. Por casualidad, un sacerdote bajaba por
aquel camino y, al verlo, dio un rodeo y pasó de largo. Y lo mismo hizo un
levita que llegó a aquel sitio: al verlo dió un rodeo y pasó de largo.
Pero un samaritano que iba de viaje llegó
a donde estaba él y, al verlo, se compadeció, y acercándose, le vendó las
heridas, echándoles aceite y vino, y, montándolo en su propia cabalgadura, lo
llevó a una posada y lo cuidó. Al día siguiente, sacando dos denarios, se los
dio al posadero y le dijo:
"Cuida de él, y lo que gastes de más
yo te lo pagaré cuando vuelva".
¿Cuál de estos tres te parece que ha sido
prójimo del que cayó en manos de los bandidos?».
Él dijo:
«El que practicó la misericordia con él».
Jesús le dijo:
«Anda y haz tú lo mismo». Palabra del
Señor.
Se dedicaban a la oración, junto con María, la madre de Jesús
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 1, 12-14
Después de subir Jesús al cielo, los apóstoles se volvieron a Jerusalén, desde el monte que llaman de los Olivos, que dista de Jerusalén lo que se permite caminar en sábado. Llegados a casa, subieron a la sala, donde se alojaban: Pedro, Juan, Santiago, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Santiago el de Alfeo, Simón el Celotes y Judas el de Santiago. Todos ellos se dedicaban a la oración en común, junto con algunas mujeres, entre ellas María, la madre de Jesús, y con sus hermanos. Palabra de Dios.
Lucas 1, 46-47. 48-49. 50-51. 52-53. 54-55
R/. Bienaventurada eres, Virgen María, que llevaste en tu seno al Hijo del Padre eterno.
V. Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador. R/.
V. Porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo. R/.
V. Y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón. R/.
V. Derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos. R/.
V. Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. R/.
Concebirás
en tu vientre y darás a luz un hijo
Lectura del santo evangelio según
san Lucas 1, 26-38
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue
enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen
desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se
llamaba María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo:
«Alégrate, llena de gracia, el Señor está
contigo».
Ella se turbó ante estas palabras y se
preguntaba qué saludo era aquél.
El ángel le dijo:
«No temas, María, porque has encontrado
gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás
por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le
dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre,
y su reino no tendrá fin».
Y María dijo al ángel:
«¿Cómo será eso, pues no conozco a
varón?».
El ángel le contestó:
«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la
fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer
se llamará Hijo de Dios.
Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a
pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que
llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible».
María contestó:
«Aquí está la esclava del Señor; hágase en
mí según tu palabra».
Y la dejó el ángel. Palabra del Señor.
07 de octubre, Lunes de la 27ª
semana del Tiempo Ordinario. Memoria Obligatoria. Bienaventurada
Virgen María del Rosario. Salt. 3ª semana.
Primera lectura - No he recibido ni aprendido de
ningún hombre el Evangelio, sino por revelación de Jesucristo
Lectura de la carta del apóstol san
Pablo a los Gálatas 1, 6-12
O bien:
Se dedicaban a la
oración, junto con María, la madre de Jesús
Lectura del libro de los Hechos de
los Apóstoles 1, 12-14
Salmo 110, 1-2.7-8.9.10c
R/. El Señor
recuerda siempre su alianza
O bien:
Salmo: Lucas 1, 46-47. 48-49.
50-51. 52-53. 54-55
R/. Bienaventurada
eres, Virgen María, que llevaste en tu seno al Hijo del Padre eterno.
Evangelio - ¿Quién es mi prójimo?
Lectura del santo evangelio según
san Lucas 10, 25-37
O bien:
Concebirás en tu vientre
y darás a luz un hijo
Lectura del santo evangelio según
san Lucas 1, 26-38
Hoy es
un día especial porque recordamos a la Bienaventurada Virgen María del
Rosario, una advocación profundamente querida en la Iglesia. Su historia
nos lleva al corazón de la fe cristiana, y al poder transformador que tiene el
Rosario, esa hermosa oración que acompaña a los fieles en la meditación sobre
la vida de Cristo a través de los ojos de su madre, María.
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