19 de septiembre, Jueves de la 24ª semana del Tiempo Ordinario. Feria o Memoria Libre. San Jenaro, obispo y mártir. Salt. 4ª semana.
Primera
lectura
Predicamos
así, y así lo creyeron ustedes
Lectura
de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 15, 1-11
Les recuerdo, hermanos, que el Evangelio que les anuncié y que ustedes
aceptaron, en el que además están fundados, y que los está salvando, si se
mantienen en la palabra que les anunciamos; de lo contrario, creyeron en vano.
Porque
yo les transmití en primer lugar, lo que también yo recibí: que Cristo murió
por nuestros pecados según las Escrituras; y que fue sepultado y que resucitó
al tercer día, según las Escrituras; y que se apareció a Cefas y más tarde a
los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos juntos, la mayoría
de los cuales vive todavía, otros han muerto; después se apareció a Santiago,
más tarde a todos los apóstoles; por último, como a un aborto, se me apareció
también a mí.
Porque
yo soy el menor de los apóstoles y no soy digno de ser llamado apóstol, porque
he perseguido a la Iglesia de Dios.
Pero
por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia para conmigo no se ha
frustrado en mí. Antes bien, he trabajado más que todos ellos. Aunque no he
sido yo, sino la gracia de Dios conmigo. Pues bien; tanto yo como ellos
predicamos así, y así lo creyeron ustedes. Palabra de Dios.
Salmo
117, 1-2. 16ab-17. 28
R/. Den gracias al
Señor porque es bueno.
V. Den gracias al Señor porque es bueno,
porque
es eterna su misericordia.
Diga
la casa de Israel:
eterna
es su misericordia. R/.
V. «La diestra del
Señor es poderosa,
la
diestra del Señor es excelsa».
No
he de morir, viviré
para
contar las hazañas del Señor. R/.
V. Tú eres mi Dios,
te doy gracias;
Dios
mío, yo te ensalzo. R/.
Evangelio
Sus
muchos pecados han quedado perdonados, porque ha amado mucho.
Lectura
del santo evangelio según san Lucas 7, 36-50
En aquel tiempo, un fariseo rogaba a Jesús que fuera a comer con él y, entrando
en casa del fariseo, se recostó a la mesa. En esto, una mujer que había en la
ciudad, una pecadora, al enterarse de que estaba comiendo en casa del fariseo,
vino trayendo un frasco de alabastro lleno de perfume y, colocándose detrás
junto a sus pies, llorando, se puso a regarle los pies con las lágrimas, se los
enjugaba con los cabellos de su cabeza, los cubría de besos y se los ungía con
el perfume. Al ver esto, el fariseo que lo había invitado se dijo:
«Si
este fuera profeta, sabría quién y qué clase de mujer es la que lo está
tocando, pues es una pecadora».
Jesús
respondió y le dijo:
«Simón,
tengo algo que decirte».
Él
contestó.
«Dímelo,
Maestro».
Jesús
le dijo:
«Un
prestamista tenía dos deudores: uno le debía quinientos denarios y el otro
cincuenta. Como no tenían con qué pagar, los perdonó a los dos. ¿Cuál de ellos
le mostrará más amor?».
Respondió
Simón y dijo:
«Supongo
que aquel a quien le perdonó más».
Le
dijo Jesús:
«Has
juzgado rectamente».
Y,
volviéndose a la mujer, dijo a Simón:
«¿Ves
a esta mujer? He entrado en tu casa y no me has dado agua para los pies; ella,
en cambio, me ha regado los pies con sus lágrimas y me los ha enjugado con sus
cabellos. Tú no me diste el beso de paz; ella, en cambio, desde que entré, no
ha dejado de besarme los pies. Tú no me ungiste la cabeza con ungüento; ella,
en cambio, me ha ungido los pies con perfume. Por eso te digo: sus muchos
pecados han quedado perdonados, porque ha amado mucho, pero al que poco se le
perdona, ama poco».
Y
a ella le dijo:
«Han
quedado perdonados tus pecados».
Los
demás convidados empezaron a decir entre ellos:
«¿Quién
es este, que hasta perdona pecados?».
Pero
él dijo a la mujer:
«Tu
fe te ha salvado, vete en paz». Palabra del Señor.
19 de septiembre, Jueves de la 24ª
semana del Tiempo Ordinario. Feria o Memoria Libre. San Jenaro,
obispo y mártir.
Primera lectura
Predicamos así, y así lo creyeron ustedes
Lectura
de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 15, 1-11
Salmo 117,1-2.16ab-17.28
R/. Dad
gracias al Señor porque es bueno
Evangelio
Sus muchos pecados han quedado perdonados, porque ha amado mucho.
Lectura
del santo evangelio según san Lucas 7, 36-50
Este evangelio nos invita a reconocer
nuestras faltas y a no temer acercarnos a Jesús, quien nos recibe con
misericordia y nos ofrece un perdón que transforma nuestras vidas. Como la
mujer pecadora, somos llamados a actuar con gratitud, reconociendo en
Jesús al salvador que nos libera de nuestras cargas. El **amor verdadero**
hacia Dios nace del reconocimiento de cuánto hemos sido perdonados.
¿Nos atrevemos a mostrarnos con humildad
ante Dios, como esta mujer, dejando atrás nuestro orgullo y nuestras máscaras?
¿Estamos dispuestos a responder con amor, como ella lo hizo?
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