22 de agosto, Jueves de la 20ª semana
del Tiempo Ordinario. Memoria Obligatoria. Bienaventurada Virgen María,
Reina. Patrona de la Diócesis de Montelíbano; titular de la Catedral de
Barranquilla. Salt. 4ª semana.
Primera lectura
Lectura de la profecía de Ezequiel 36, 23-28
Así dice el Señor: «Mostraré la santidad de mi nombre grande, profanado entre
los gentiles, que vosotros habéis profanado en medio de ellos; y conocerán los
gentiles que yo soy el Señor –oráculo del Señor–, cuando les haga ver mi
santidad al castigaros. Os recogeré de entre las naciones, os reuniré de todos
los países, y os llevaré a vuestra tierra. Derramaré sobre vosotros un agua
pura que os purificará: de todas vuestras inmundicias e idolatrías os he de
purificar. Y os daré un corazón nuevo, y os infundiré un espíritu nuevo;
arrancaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.
Os infundiré mi espíritu, y haré que caminéis según mis preceptos, y que
guardéis y cumpláis mis mandatos. Y habitaréis en la tierra que di a vuestros padres.
Vosotros seréis mi pueblo, y yo seré vuestro Dios.» Palabra de Dios
Salmo
50,12-13.14-15.18-19
R/. Derramaré sobre
vosotros un agua pura que os purificará de todas vuestras inmundicias
Oh Dios, crea en mi un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R/.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti. R/.
Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú no lo desprecias. R/.
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo 22,
1-14
En aquel tiempo, de nuevo tomó Jesús la palabra y habló en parábolas a los
sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: «El reino de los cielos se parece
a un rey que celebraba la boda de su hijo. Mandó criados para que avisaran a
los convidados a la boda, pero no quisieron ir. Volvió a mandar criados,
encargándoles que les dijeran: “Tengo preparado el banquete, he matado terneros
y reses cebadas, y todo está a punto. Venid a la boda.” Los convidados no
hicieron caso; uno se marchó a sus tierras, otro a sus negocios; los demás les
echaron mano a los criados y los maltrataron hasta matarlos. El rey montó en
cólera, envió sus tropas, que acabaron con aquellos asesinos y prendieron fuego
a la ciudad. Luego dijo a sus criados: “La boda está preparada, pero los
convidados no se la merecían. Id ahora a los cruces de los caminos, y a todos
los que encontréis, convidadlos a la boda.” Los criados salieron a los caminos
y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos. La sala del banquete
se llenó de comensales. Cuando el rey entró a saludar a los comensales, reparó
en uno que no llevaba traje de fiesta y le dijo: “Amigo, ¿cómo has entrado aquí
sin vestirte de fiesta?” El otro no abrió la boca. Entonces el rey dijo a los
camareros: “Atadlo de pies y manos y arrojadlo fuera, a las tinieblas. Allí
será el llanto y el rechinar de dientes.” Porque muchos son los llamados y
pocos los escogidos.» Palabra del Señor
O bien
22 de agosto. Memoria Obligatoria de Santa María Virgen, Reina..
PRIMERA
LECTURA
Un hijo
se nos ha dado
Lectura
del libro de Isaías 9, 1-3. 5-6
El
pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande; habitaban tierra de
sombras,
y una luz les brilló.
Acreciste
la alegría, aumentaste el gozo; se gozan en tu presencia, como gozan al segar,
como se alegran al repartirse el botín.
Porque la vara del opresor, y el
yugo de su carga, el bastón de su hombro, los quebrantaste como el día de
Madián.
Porque un niño nos ha nacido, un
hijo se nos ha dado:
lleva a hombros el principado, y es
su nombre: «Maravilla de Consejero, Dios guerrero,
Padre perpetuo, Príncipe de la
paz».
Para dilatar el principado, con una
paz sin límites, sobre el trono de David y sobre su reino.
Para sostenerlo y consolidarlo con
la justicia y el derecho, desde ahora y por siempre.
El celo del Señor de los ejércitos lo realizará. Palabra de Dios.
Salmo
112, 1-2. 3-4. 5-6. 7-8
R. Bendito sea
el nombre del Señor, ahora y por siempre.
Alabad, siervos del Señor,
alabad el
nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre. R.
De la
salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.
El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos. R.
¿Quién como
el Señor, Dios nuestro,
que se eleva en su trono
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra? R.
Levanta del
polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo. R.
EVANGELIO
Concebirás
en tu vientre y darás a luz un hijo
Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 26-38
En aquel
tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada
Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de
David; la virgen se llamaba María.
El ángel,
entrando en su presencia, dijo:
—«Alégrate,
llena de gracia, el Señor está contigo».
Ella se
turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél.
El ángel le
dijo:
—«No temas,
María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás
a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del
Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la
casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin».
Y María
dijo al ángel:
—«¿Cómo
será eso, pues no conozco a varón?».
El ángel le
contestó:
—«El
Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su
sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios.
Ahí tienes
a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está
de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible».
María
contestó:
—«Aquí está
la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».
Y la dejó
el ángel. Palabra del
Señor.
22 de agosto, Jueves de la 20ª semana
del Tiempo Ordinario. Memoria Obligatoria. Bienaventurada Virgen María,
Reina. Patrona de la Diócesis de Montelíbano; titular de la Catedral de
Barranquilla.
Primera lectura - Lectura de la profecía de Ezequiel 36, 23-28
Salmo 50,12-13.14-15.18-19
R/. Derramaré sobre vosotros un agua
pura que os purificará de todas vuestras inmundicias
Evangelio - Lectura
del santo evangelio según san Mateo 22, 1-14
Conclusión: El evangelio de hoy nos confronta con la realidad
de que el Reino de Dios está presente, y somos invitados a participar de él.
Sin embargo, esta participación requiere más que una simple aceptación; demanda
una vida en conformidad con la voluntad divina. Al final, seremos juzgados no
solo por nuestra aceptación de la invitación, sino por la manera en que hemos
vivido nuestra fe.
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