21 de junio
Viernes de la 11ª semana de Tiempo Ordinario. Feria. Memoria
Obligatoria. San Luis Gonzaga, religioso. Salt. 3ª Semana.
PRIMERA LECTURA
*Ungió a Joás, y todos aclamaron: ¡Viva el
rey!*
Lectura del segundo libro de los Reyes 11,
1-4. 9-18. 20
En aquellos días, cuando Atalía, madre del
rey Ocozías, vio que su hijo había muerto, empezó a exterminar a toda la
familia real. Pero cuando los hijos del rey estaban siendo asesinados, Josebá,
hija del rey Jorán y hermana de Ocozías, raptó a Joás, hijo de Ocozías, y lo
escondió con su nodriza en el dormitorio; así, se lo ocultó a Atalía y lo libró
de la muerte. El niño estuvo escondido con ella en el templo durante seis años,
mientras en el país reinaba Atalía.
El año séptimo, Yehoyadá mandó a buscar a
los centuriones de los Carios y de la escolta; los llamó a su presencia, en el
templo, se juramentó con ellos y les presentó al hijo del rey.
Los centuriones hicieron lo que les mandó
el sacerdote Yehoyadá; cada uno reunió a sus hombres, los que estaban de
servicio el sábado y los que estaban libres, y se presentaron al sacerdote
Yehoyadá. El sacerdote entregó a los centuriones las lanzas y los escudos del
rey David, que se guardaban en el templo.
Los de la escolta empuñaron las armas y se
colocaron entre el altar y el templo, desde el ángulo sur hasta el ángulo norte
del templo, para proteger al rey.
Entonces Yehoyadá sacó al hijo del rey, le
colocó la diadema y las insignias, lo ungió rey, y todos aplaudieron,
aclamando:
—«¡Viva el rey!».
Atalía oyó el clamor de la tropa y se fue
hacia la gente, al templo.
Pero, cuando vio al rey en pie sobre el
estrado, como es costumbre, y a los oficiales y la banda cerca del rey, toda la
población en fiesta y las trompetas tocando, se rasgó las vestiduras y gritó:
—«¡Traición, traición!».
El sacerdote Yehoyadá ordenó a los
centuriones que mandaban las fuerzas:
—«Sacadla del atrio. Al que la siga lo
matáis».
Pues no quería que la matasen en el
templo.
La fueron empujando con las manos y,
cuando llegaba a palacio por la puerta de las caballerizas, allí la mataron.
Yehoyadá selló el pacto entre el Señor y
el rey y el pueblo, para que éste fuera el pueblo del Señor. Toda la población
se dirigió luego al templo de Baal; lo destruyeron, derribaron sus altares,
trituraron las imágenes, y a Matan, sacerdote de Baal, lo degollaron ante el
altar.
El sacerdote Yehoyadá puso guardias en el
templo.
Toda la población hizo fiesta, y la ciudad
quedó tranquila.
A Atalía la habían matado en el palacio. Palabra de Dios.
Salmo 131, 11. 12. 13-14. 17-18
R. El Señor ha elegido a Sión, ha
deseado vivir en ella.
El Señor ha jurado a David
una promesa que no retractará:
«A uno de tu linaje
pondré sobre tu trono». R.
«Si tus hijos guardan mi alianza
y los mandatos que les enseño,
también sus hijos, por siempre,
se sentarán sobre tu trono». R.
Porque el Señor ha elegido a Sión,
ha deseado vivir en ella:
«Esta es mi mansión por siempre,
aquí viviré porque la deseo». R.
«Haré germinar el vigor de David,
enciendo una lámpara para mi Ungido.
A sus enemigos los vestiré de ignominia,
sobre él brillará mi diadema». R.
EVANGELIO
*Donde está tu tesoro, allí está tu corazón*
Lectura del santo evangelio según san
Mateo 6, 19-23
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus
discípulos:
—«No atesoréis tesoros en la tierra, donde
la polilla y la carcoma los roen, donde los ladrones abren boquetes y los
roban. Atesorad tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni carcoma que se los
coman, ni ladrones que abran boquetes y roben. Porque donde está tu tesoro,
allí está tu corazón.
La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo
está sano, tu cuerpo entero tendrá luz; si tu ojo está enfermo, tu cuerpo
entero estará a oscuras. Y si la única luz que tienes está oscura, ¡cuánta será
la oscuridad!». Palabra del
Señor.
21 de junio Viernes de la 11ª semana
de Tiempo Ordinario. Feria. Memoria Obligatoria. San Luis Gonzaga, religioso.
Ungió a Joás, y todos aclamaron: ¡Viva el rey!
Lectura del segundo libro de los Reyes 11, 1-4. 9-18.
20
Salmo 131, 11. 12. 13-14. 17-18
R. El Señor ha elegido a Sión, ha deseado vivir en ella.
Donde está tu tesoro, allí está tu corazón
Lectura del santo evangelio según san Mateo 6, 19-23
En este tiempo, reflexionemos sobre
nuestras prioridades y busquemos acumular tesoros en el cielo, viviendo con un
corazón generoso y una mirada clara. Que nuestro enfoque esté en lo eterno y no
en lo efímero. Amén.
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