06 de junio Jueves, FIESTA DE JESUCRISTO, SUMO Y ETERNO SACERDOTE (en Colombia). Liturgia
de las Horas Tomo III. Primeras Vísperas de la Solemnidad del Sagrado
Corazón de Jesús.
PRIMERA LECTURA
Él fue traspasado por nuestras rebeliones
Lectura del libro de Isaías 52, 13—53, 12
Mirad, mi siervo tendrá éxito, subirá y crecerá
mucho.
Como muchos se espantaron de él, porque
desfigurado no parecía hombre, ni tenía aspecto humano, así asombrará a muchos
pueblos, ante él los reyes cerrarán la boca, al ver algo inenarrable y
contemplar algo inaudito.
¿Quién creyó nuestro anuncio?, ¿a quién se
reveló el brazo del Señor?
Creció en su presencia como brote, como raíz en
tierra árida, sin figura, sin belleza.
Lo vimos sin aspecto atrayente, despreciado y
evitado de los hombres, como un hombre de dolores, acostumbrado a sufrimientos,
ante el cual se ocultan los rostros, despreciado y desestimado.
Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó
nuestros dolores; nosotros lo estimamos leproso, herido de Dios y humillado;
pero él fue traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros
crímenes.
Nuestro castigo saludable cayó sobre él, sus
cicatrices nos curaron.
Todos errábamos como ovejas, cada uno siguiendo
su camino; y el Señor cargó sobre él todos nuestros crímenes.
Maltratado, voluntariamente se humillaba y no
abría la boca; como cordero llevado al matadero, como oveja ante el esquilador,
enmudecía y no abría la boca.
Sin defensa, sin justicia, se lo llevaron,
¿quién meditó en su destino?
Lo arrancaron de la tierra de los vivos, por
los pecados de mi pueblo lo hirieron.
Le dieron sepultura con los malvados, y una
tumba con los malhechores, aunque no había cometido crímenes ni hubo engaño en
su boca.
El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento, y
entregar su vida como expiación; verá su descendencia, prolongará sus años, lo
que el Señor quiere prosperará por su mano.
Por los trabajos de su alma verá la luz, el
justo se saciará de conocimiento.
Mi siervo justificará a muchos, porque cargó
con los crímenes de ellos.
Le daré una multitud como parte; y tendrá como
despojo una muchedumbre.
Porque expuso su vida a la muerte y fue contado
entre los pecadores, él tomó el pecado de muchos e intercedió por los
pecadores. Palabra de Dios.
O bien:
Tenemos un gran sacerdote al frente de la casa de Dios
Lectura de la carta a los Hebreos 10, 12-23
Hermanos:
Cristo ofreció por los pecados, para siempre
jamás, un solo sacrificio; está sentado a la derecha de Dios y espera el tiempo
que falta hasta que sus enemigos sean puestos como estrado de sus pies.
Con una sola ofrenda ha perfeccionado para
siempre a los que van siendo consagrados.
Esto nos lo atestigua también el Espíritu
Santo. En efecto, después de decir: «Así será la alianza que haré con ellos
después de aquellos días —dice el Señor—: Pondré mis leyes en sus corazones y
las escribiré en su mente», añade: «Y no me acordaré ya de sus pecados ni de
sus crímenes». Donde hay perdón, no hay ofrenda por los pecados.
Hermanos, teniendo entrada libre al santuario,
en virtud de la sangre de Jesús, contando con el camino nuevo y vivo que él ha
inaugurado para nosotros a través de la cortina, o sea, de su carne, y teniendo
un gran sacerdote al frente de la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero
y llenos de fe, con el corazón purificado de mala conciencia y con el cuerpo
lavado en agua pura.
Mantengámonos firmes en la esperanza que
profesamos, porque es fiel quien hizo la promesa. Palabra de Dios.
Salmo 39, 6. 7. 8-9. 10. 11
R. Aquí
estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Cuántas maravillas has hecho,
Señor, Dios mío,
cuántos planes en favor nuestro;
nadie se te puede comparar.
Intento proclamarlas, decirlas,
pero superan todo número. R.
Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
y, en cambio, me abriste el oído;
no pides sacrificio expiatorio. R.
Entonces yo digo: «Aquí estoy
—como está escrito en mi libro—
para hacer tu voluntad».
Dios mío, lo quiero,
y llevo tu ley en las entrañas. R.
He proclamado tu salvación
ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios;
Señor, tú lo sabes. R.
No me he guardado en el pecho tu defensa,
he contado tu fidelidad y tu salvación,
no he negado tu misericordia y tu lealtad
ante la gran asamblea. R.
EVANGELIO
Esto es mi cuerpo Esta copa es la nueva alianza, sellada con mi
sangre
Lectura del santo evangelio según san Lucas 22,
14-20
Llegada la hora, se sentó Jesús con sus
discípulos y les dijo:
—«He deseado enormemente comer esta comida
pascual con vosotros, antes de padecer, porque os digo que ya no la volveré a
comer, hasta que se cumpla en el reino de Dios».
Y, tomando una copa, pronunció la acción de
gracias y dijo:
—«Tomad esto, repartidlo entre vosotros; porque
os digo que no beberé desde ahora del fruto de la vid, hasta que venga el reino
de Dios».
Y, tomando pan, pronunció la acción de gracias,
lo partió y se lo dio, diciendo:
—«Esto es mi cuerpo, que se entrega por
vosotros; haced esto en memoria mía».
Después de cenar, hizo lo mismo con la copa,
diciendo:
—«Esta copa es la nueva alianza, sellada con mi
sangre, que se derrama por vosotros». Palabra del
Señor.
06 de junio Jueves, Fiesta de JESUCRISTO, SUMO Y ETERNO SACERDOTE. (en
Colombia). Liturgia de las Horas Tomo III. Primeras Vísperas de la
Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús.
Él fue traspasado por nuestras rebeliones
Lectura del libro de Isaías 52, 13—53, 12
O bien:
Tenemos un gran sacerdote al frente de la casa de Dios
Lectura de la carta a los Hebreos 10, 12-23
Salmo 39, 6. 7. 8-9. 10. 11
R. Aquí estoy, Señor, para hacer tu
voluntad.
Esto es mi cuerpo Esta copa es la nueva alianza, sellada
con mi sangre
Lectura del santo evangelio según san Lucas 22, 14-20
La fiesta de Jesucristo, Sumo y
Eterno Sacerdote, es una celebración que nos recuerda la obra redentora de
Cristo y su papel continuo como intercesor ante el Padre. Nos invita a
profundizar en nuestra comprensión del misterio de su sacerdocio y a vivir en
gratitud y confianza en su amor y gracia.
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