29
de mayo, Miércoles de la 8ª semana de Tiempo Ordinario. Memoria Libre. San
Pablo VI, papa. Salt.
4ª Semana.
PRIMERA LECTURA
Fuisteis
rescatados por la sangre preciosa de Cristo, el Cordero sin mancha
Lectura de la primera carta
del apóstol san Pedro 1, 18-25
Hermanos:
Ustedes saben que fueron rescatados
de la vana conducta heredada de sus padres, no con bienes corruptibles, como el
oro y la plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, el Cordero sin mancha y
sin defecto, predestinado antes de la creación del mundo y manifestado en los
últimos tiempos para bien de ustedes. Por él, ustedes creen en Dios, que lo ha
resucitado y lo ha glorificado, de manera que la fe y la esperanza de ustedes
estén puestas en Dios.
Por su obediencia a la
verdad, ustedes se han purificado para amarse sinceramente como hermanos. Ámense
constantemente los unos a los otros con un corazón puro, como quienes han sido
engendrados de nuevo, no por un germen corruptible, sino incorruptible: la
Palabra de Dios, viva y eterna.
Porque toda carne es como
hierba y toda su gloria como flor del campo: la hierba se seca y su flor se
marchita, pero la Palabra del Señor permanece para siempre. Esta es la Palabra
que les ha sido anunciada, la Buena Noticia. Palabra de Dios.
SalMO 147, 12-13. 14-15.
19-20
R/. ¡Glorifica al Señor,
Jerusalén!
¡Glorifica al Señor,
Jerusalén,
alaba a tu Dios, Sión!
El reforzó los cerrojos de
tus puertas
y bendijo a tus hijos
dentro de ti. R/.
El asegura la paz en tus
fronteras
y te sacia con lo mejor del
trigo.
Envía su mensaje a la
tierra,
su palabra corre
velozmente. R/.
Revela su palabra a Jacob,
sus preceptos y mandatos a
Israel:
a ningún otro pueblo trató
así
ni le dio a conocer sus
mandamientos. R/.
EVANGELIO
Subimos
a Jerusalén, allí el Hijo del hombre será entregado
Lectura del santo Evangelio
según san Marcos 10, 32-45
Mientras iban de camino
para subir a Jerusalén, Jesús se adelantaba a sus discípulos; ellos estaban
asombrados y los que lo seguían tenían miedo. Entonces reunió nuevamente a los
Doce y comenzó a decirles lo que le iba a suceder:
-«Ahora subimos a Jerusalén; allí el Hijo
del hombre será entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas. Lo
condenarán a muerte y lo entregarán a los paganos: ellos se burlarán de él, lo
escupirán, lo azotarán y lo matarán. Y tres días después, resucitará.»
Santiago y Juan, los hijos
de Zebedeo, se acercaron a Jesús y le dijeron:
-«Maestro, queremos que nos concedas lo
que te vamos a pedir.»
Él les respondió: -«¿Qué quieren que haga por ustedes?»
Ellos le dijeron: -«Concédenos sentarnos uno a tu derecha y
el otro a tu izquierda, cuando estés en tu gloria.»
Jesús le dijo: -«No saben lo que piden. ¿Pueden beber el
cáliz que yo beberé y recibir el bautismo que yo recibiré?»
-«Podemos», le respondieron.
Entonces Jesús agregó: -«Ustedes beberán el cáliz que yo beberé
y recibirán el mismo bautismo que yo. En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi
izquierda, no me toca a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes
han sido destinados.»
Los otros diez, que habían
oído a Santiago y a Juan, se indignaron contra ellos. Jesús los llamó y les
dijo:
-«Ustedes saben que aquellos a quienes se
considera gobernantes, dominan a las naciones como si fueran sus dueños, y los
poderosos les hacen sentir su autoridad. Entre ustedes no debe suceder así. Al
contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; y el que
quiera ser el primero, que se haga servidor de todos. Porque el mismo Hijo del hombre
no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una
multitud.» Palabra del Señor.
29
de mayo, Miércoles de la 8ª semana de Tiempo Ordinario. Memoria Libre. San
Pablo VI, papa.
Fuisteis rescatados por la sangre preciosa de
Cristo, el Cordero sin mancha
Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro
1, 18-25
Salmo 147, 12-13. 14-15. 19-20
R/. ¡Glorifica al Señor,
Jerusalén!
Subimos a Jerusalén, allí el Hijo del hombre será
entregado
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 10,
32-45
Por eso hoy 29 de mayo,
pidamos a San Pablo VI, el santo del día, para que nos ayude a ser verdaderos
instrumentos de paz y justicia en nuestro mundo, guiados por su ejemplo de
humildad, servicio y dedicación a la misión de la Iglesia. Que su legado inspire
nuestras acciones y fortalezca nuestra fe. Amén.
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