27 de marzo, Miércoles Santo. Feria
privilegiada. Salt. 2ª semana.
Primera
lectura
Lectura del libro de Isaías 50, 4-9a
Mi Señor me ha dado una lengua de iniciado, para saber decir al abatido una palabra
de aliento. Cada mañana me espabila el oído, para que escuche como los
iniciados. El Señor me abrió el oído; yo no resistí ni me eché atrás: ofrecí la
espalda a los que me apaleaban, las mejillas a los que mesaban mi barba; no me
tapé el rostro ante ultrajes ni salivazos. El Señor me ayuda, por eso no sentía
los ultrajes; por eso endurecí el rostro como pedernal, sabiendo que no
quedaría defraudado. Tengo cerca, a mi defensor, ¿quién pleiteará contra mí?
Comparezcamos juntos. ¿Quién tiene algo contra mí? Que se me acerque. Mirad, el
Señor me ayuda, ¿quién me condenará? Palabra de Dios
Salmo
68, 8-10.21-22.31.33-34
R/. Señor, que
me escuche tu gran bondad el día de tu favor
Por ti he aguantado afrentas,
la vergüenza cubrió mi rostro.
Soy un extraño para mis hermanos,
un extranjero para los hijos de mi madre;
porque me devora el celo de tu templo,
y las afrentas con que te afrentan caen sobre mí. R/.
La afrenta me destroza el corazón, y desfallezco.
Espero compasión, y no la hay;
consoladores, y no los encuentro.
En mi comida me echaron hiel,
para mi sed me dieron vinagre. R/.
Alabaré el nombre de Dios con cantos,
proclamaré su grandeza con acción de gracias.
Miradlo, los humildes, y alegraos,
buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.
Que el Señor escucha a sus pobres,
no desprecia a sus cautivos. R/.
Evangelio
Lectura del santo
evangelio según san Mateo 26, 14-25
En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos
sacerdotes y les propuso: «¿Qué estáis dispuestos a darme, si os lo entrego?»
Ellos se ajustaron con él en treinta monedas. Y desde entonces andaba buscando
ocasión propicia para entregarlo.
El primer día de los Ázimos se acercaron los discípulos a Jesús y le
preguntaron: «¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?»
Él contestó: «ld a la ciudad, a casa de Fulano, y decidle: "El Maestro
dice: Mi momento está cerca; deseo celebrar la Pascua en tu casa con mis
discípulos."»
Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua. Al
atardecer se puso a la mesa con los Doce.
Mientras comían dijo: «Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar.»
Ellos, consternados, se pusieron a preguntarle uno tras otro: «¿Soy yo acaso,
Señor?»
Él respondió: «El que ha mojado en la misma fuente que yo, ése me va a entregar.
El Hijo del hombre se va, como está escrito de él; pero ¡ay del que va a
entregar al Hijo del hombre!; más le valdría no haber nacido.»
Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar: «¿Soy yo acaso, Maestro?»
Él respondió: «Tú lo has dicho.» Palabra del Señor
27 de marzo, Miércoles Santo. Feria
privilegiada.
Lectura del libro de Isaías 50, 4-9a
Salmo 68, 8-10.21-22.31.33-34
Lectura del santo
evangelio según san Mateo 26, 14-25
encontramos
la narrativa de la traición de Judas Iscariote, quien acuerda con los
principales sacerdotes para entregar a Jesús a cambio de treinta piezas de
plata. Esta escena plantea varias reflexiones teológicas y espirituales: La
traición y la fidelidad, La soberanía divina y el libre albedrío, El valor de
la integridad, La importancia de la confianza y la comunión, Traición y
lealtad, La voluntad divina, El precio de la traición, El remordimiento de
Judas.
En
resumen, Mateo 26,14-25 nos invita a reflexionar
sobre temas importantes como la traición, la lealtad y la fidelidad, el libre
albedrío y la importancia de vivir una vida coherente con los valores del Reino
de Dios, la voluntad divina y el arrepentimiento, y nos recuerda la importancia
de permanecer fieles a los principios y enseñanzas de Dios incluso en momentos
de adversidad y tentación. Nos llama a
examinar nuestras propias vidas y a comprometernos con la integridad, la
fidelidad y la comunión en nuestra relación con Dios y con los demás.
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