27 de octubre, Viernes de la 29ª
semana del Tiempo Ordinario.
De la carta de san Pablo a los
Romanos 7,18-25a
Salmo 118,66.68.76.77.93.94
Evangelio según san Lucas 12,54-59
En resumen, la propuesta
teológica y espiritual en Lucas 12:54-59 se centra en la importancia de ser
discernientes a los signos de los tiempos. Estar abiertos a reconciliarnos, la
reconciliación trae más ganancia que la búsqueda del materialismo y la ganancia
y todo reclama para implantar justicia trae consecuencias y no siempre son las
más favorables.
1. Interpretación
de los signos: Jesús comienza el pasaje hablando sobre la habilidad de la gente
para interpretar los signos meteorológicos. Hace una comparación con la
habilidad de interpretar los "signos de los tiempos". En un sentido
teológico, esto implica que la gente debería ser capaz de reconocer y
comprender los tiempos en los que viven desde una perspectiva espiritual. Jesús
insta a la audiencia a ser discernente ya entender lo que está sucediendo a su
alrededor en términos de la voluntad de Dios y las oportunidades espirituales.
2. Llamado
a la reconciliación: el común acuerdo trae más libertad, abundancia
y prosperidad que que pretende llegar a fin de un pleito, por el camino de la
justicia.
3. Advertencia
sobre las consecuencias: Jesús advierte que si no se toman medidas
adecuadas para ponerle fin a un pleito el desgaste es mayor y todas las partes
van a tener perdidas
En resumen, la propuesta
teológica y espiritual en Lucas 12:54-59 se centra en la importancia de ser
discernientes a los signos de los tiempos. Estar abiertos a reconciliarnos, la
reconciliación trae más ganancia que la búsqueda del materialismo y la ganancia
y todo reclama para implantar justicia trae consecuencias y no siempre son las
más favorables.
27 de octubre, Viernes de la 29ª semana del Tiempo Ordinario.
Primera lectura
Lectura de
la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 7,18-25a
Sé muy bien que
no es bueno eso que habita en mí, es decir, en mi carne; porque el querer lo
bueno lo tengo a mano, pero el hacerlo, no. El bien que quiero hacer no lo
hago; el mal que no quiero hacer, eso es lo que hago. Entonces, si hago
precisamente lo que no quiero, señal que no soy yo el que actúa, sino el pecado
que habita en mí. Cuando quiero hacer lo bueno, me encuentro inevitablemente
con lo malo en las manos. En mi interior me complazco en la ley de Dios, pero
percibo en mi cuerpo un principio diferente que guerrea contra la ley que
aprueba mi razón, y me hace prisionero de la ley del pecado que está en mi
cuerpo. ¡Desgraciado de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo presa de la
muerte? Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo, y le doy gracias. Palabra
de Dios
Salmo
118,66.68.76.77.93.94
R/. Instrúyeme,
Señor, en tus leyes
Enséñame a gustar y a comprender,
porque me fío de tus mandatos. R/.
Tú eres bueno y haces el bien;
instrúyeme en tus leyes. R/.
Que tu bondad me consuele,
según la promesa hecha a tu siervo. R/.
Cuando me alcance tu compasión, viviré,
y mis delicias serán tu voluntad. R/.
Jamás olvidaré tus decretos,
pues con ellos me diste vida. R/.
Soy tuyo, sálvame,
que yo consulto tus leyes. R/.
Evangelio
Lectura del
santo evangelio según san Lucas 12,54-59
En aquel tiempo,
decía Jesús a la gente: «Cuando veis subir una nube por el poniente, decís en
seguida: "Chaparrón tenemos", y así sucede. Cuando sopla el sur,
decís: "Va a hacer bochorno", y lo hace. Hipócritas: si sabéis
interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no sabéis interpretar el
tiempo presente? ¿Cómo no sabéis juzgar vosotros mismos lo que se debe hacer?
Cuando te diriges al tribunal con el que te pone pleito, haz lo posible por
llegar a un acuerdo con él, mientras vais de camino; no sea que te arrastre
ante el juez, y el juez te entregue al guardia, y el guardia te meta en la
cárcel. Te digo que no saldrás de allí hasta que no pagues el último céntimo.»
Palabra del Señor
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