04 de septiembre, Miércoles de la 22ª Semana del Tiempo Ordinario. Salt. 2ª semana
Primera lectura
Nosotros somos colaboradores de Dios
y ustedes, campo de Dios, edificio de Dios.
Lectura de la primera carta del apóstol san
Pablo a los Corintios 3, 1-9
Hermanos, no pude hablarles como a espirituales, sino como a carnales, como a
niños en Cristo. Por eso, en vez de alimento sólido, les di a beber leche, pues
todavía no estaban para más. Aunque tampoco lo están ahora, pues siguen siendo
carnales. En efecto, mientras haya entre ustedes envidias y contiendas, ¿no es
que siguen siendo carnales y se comportan al modo humano? Pues si uno dice «yo
soy de Pablo» y otro, «yo de Apolo», ¿no se comportan al modo humano?
En definitiva, ¿qué es Apolo y qué es Pablo?
Servidores a través de los cuales ustedes accedieron a la fe, y cada uno de
ellos como el Señor le dio a entender. Yo planté, Apolo regó, pero fue Dios
quien hizo crecer. El que planta y el que riega son una misma cosa, si bien
cada uno recibirá el salario según lo que haya trabajado. Nosotros somos
colaboradores de Dios y ustedes, campo de Dios, edificio de Dios.
Palabra de Dios.
Salmo 32, 12-13. 14-15.
20-21
R/. Dichoso
el pueblo que Dios se escogió como heredad.
V. Dichosa la nación
cuyo Dios es el Señor,
el
pueblo que él se escogió como heredad.
El
Señor mira desde el cielo,
se
fija en todos los hombres. R/.
V. Desde su morada
observa
a
todos los habitantes de la tierra:
él
modeló cada corazón,
y
comprende todas sus acciones. R/.
V. Nosotros
esperamos en el Señor:
él
es nuestro auxilio y escudo
con
él se alegra nuestro corazón,
en
su santo nombre confiamos. R/.
Evangelio
Es necesario que evangelice también a
las otras ciudades, pues para esto he sido enviado.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 4, 38-44
En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, entró en la casa de Simón.
La suegra de Simón estaba con fiebre muy alta y
le rogaron por ella.
Él, inclinándose sobre ella, increpó a la
fiebre, y se le pasó; ella, levantándose enseguida, se puso a servirles.
Al ponerse el sol, todos cuantos tenían
enfermos con diversas dolencias se los llevaban, y él imponiendo las manos
sobre cada uno, los iba curando.
De muchos de ellos salían también demonios, que
gritaban y decían:
«Tú eres el Hijo de Dios».
Los increpaba y no les dejaba hablar, porque
sabían que él era el Mesías.
Al hacerse de día, salió y se fue a un lugar
desierto.
La gente lo andaba buscando y, llegando donde
estaba, intentaban retenerlo para que no se separara de ellos.
Pero él les dijo:
«Es necesario que proclame el reino de Dios
también a las otras ciudades, pues para esto he sido enviado».
Y predicaba en las sinagogas de Judea. Palabra
del Señor.
04 de septiembre, Miércoles de la
22ª Semana del Tiempo Ordinario.
Primera lectura - Nosotros somos colaboradores de Dios y ustedes,
campo de Dios, edificio de Dios.
Lectura
de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 3, 1-9
Salmo 32, 12-13. 14-15. 20-21
R/. Dichoso el pueblo que el Señor se
escogió como heredad
Evangelio - Es necesario que evangelice también a
las otras ciudades, pues para esto he sido enviado.
Lectura
del santo evangelio según san Lucas 4, 38-44
El Evangelio de Lucas 4, 38-44 nos desafía
a reconocer la autoridad de Jesús sobre todo mal y a responder con un
compromiso de servicio y evangelización. Como seguidores de Cristo, debemos ser
instrumentos de su sanación y amor en el mundo, llevando la luz de su mensaje a
todos los rincones, sin importar las dificultades. Así como la flor del
desierto transformó su entorno, también nosotros, tocados por el poder de Dios,
estamos llamados a ser agentes de cambio y vida para los demás. Amén.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario