02 de septiembre,
Lunes de la 22ª semana del Tiempo Ordinario. Salt. 2ª
semana.
Primera lectura
Les anuncié el misterio de Cristo
crucificado
Lectura de la primera carta del apóstol san
Pablo a los Corintios 2, 1-5
Yo, hermanos, cuando vine a ustedes a anunciarles el misterio de Dios, no lo
hice con sublime elocuencia o sabiduría, pues nunca entre ustedes me precié de
saber cosa alguna, sino a Jesucristo, y este crucificado. También yo me
presenté a ustedes débil y temblando de miedo; mi palabra y mi predicación no
fue con persuasiva sabiduría humana, sino en la manifestación y el poder del
Espíritu, para que su fe no se apoye en la sabiduría de los hombres, sino en el
poder de Dios. Palabra de Dios.
Salmo 118, 97.
98. 99. 100. 101. 102
R/. ¡Cuánto amo tu
voluntad, Señor!
V. ¡Cuánto amo tu
ley!:
todo el día la estoy meditando. R/.
V. Tu mandato me
hace más sabio
que
mis enemigos,
siempre me acompaña. R/.
V. Soy más docto que
todos mis maestros,
porque medito tus preceptos. R/.
V. Soy más sagaz que
los ancianos,
porque cumplo tus mandatos. R/.
V. Aparto mi pie de
toda senda mala,
para guardar tu palabra. R/.
V. No me aparto de
tus mandamientos,
porque tú me has instruido. R/.
Evangelio
Me ha enviado a evangelizar a los pobres … Ningún profeta es
aceptado en su pueblo.
Lectura
del santo evangelio según san Lucas 4, 16-30
En aquel tiempo, Jesús fue a Nazaret, donde se
había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se
puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el rollo del profeta Isaías y,
desarrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito:
«El
Espíritu del Señor está sobre mí,
porque
él me ha ungido.
Me
ha enviado a evangelizar a los pobres,
a
proclamar a los cautivos la libertad,
y
a los ciegos, la vista;
a
poner en libertad a los oprimidos;
a
proclamar el año de gracia del Señor».
Y,
enrollando el rollo y devolviéndolo al que lo ayudaba, se sentó. Toda la
sinagoga tenía los ojos clavados en él.
Y
él comenzó a decirles:
«Hoy
se ha cumplido esta Escritura que acaban de oír».
Y
todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que
salían de su boca.
Y
decían:
«¿No
es este el hijo de José?».
Pero
Jesús les dijo:
«Sin
duda me dirán aquel refrán: "Médico, cúrate a ti mismo", haz también
aquí, en tu pueblo, lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún».
Y
añadió:
«En
verdad les digo que ningún profeta es aceptado en su pueblo. Puedo asegurarles
que en Israel había muchas viudas en los días de Elías, cuando estuvo cerrado
el cielo tres años y seis meses y hubo una gran hambre en todo el país; sin
embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías sino a una viuda de Sarepta, en
el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del
profeta Eliseo, sin embargo, ninguno de ellos fue curado sino Naamán, el
sirio».
Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron
furiosos y, levantándose, lo echaron del pueblo y lo llevaron hasta un
precipicio del monte sobre el que estaba edificado su pueblo, con intención de
despeñarlo.
Pero Jesús se abrió paso entre ellos y seguía
su camino. Palabra del Señor.
02 de septiembre, Lunes de la 22ª
semana del Tiempo Ordinario.
Primera Lectura I Corintios 2, 1-5
Salmo 118, 97. 98. 99. 100. 101. 102
R/. ¡Cuánto
amo tu voluntad, Señor!
Evangelio
Lectura
del santo evangelio según san Lucas 4, 16-30
El
evangelio de hoy nos desafía a reconocer a Jesús como el Ungido que ha venido a
liberarnos, no solo de las opresiones externas, sino de la esclavitud
espiritual. Somos llamados a aceptar su mensaje de salvación, incluso cuando el
mundo a nuestro alrededor lo rechace. Al igual que Jesús, estamos llamados a
ser signos de contradicción, llevando la luz de su mensaje a todos,
especialmente a aquellos que aún viven en la oscuridad.
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