30 de agosto, Viernes de la 21ª semana
del Tiempo Ordinario. Feria Salt. 1ª semana.
Primera lectura
Predicamos
a Cristo crucificado: escándalo para los hombres; pero para los llamados es
sabiduría de Dios
Lectura de la primera carta del apóstol san
Pablo a los Corintios 1, 17-25
Hermanos
No
me envió Cristo a bautizar, sino a anunciar el Evangelio, y no con sabiduría de
palabras, para no hacer ineficaz la cruz de Cristo.
Pues
el mensaje de la cruz es necedad para los que se pierden; pero para los que se
salvan, para nosotros, es fuerza de Dios.
Pues
está escrito:
«Destruiré
la sabiduría de los sabios, frustraré la sagacidad de los sagaces».
¿Dónde
está el sabio? ¿Dónde está es docto? ¿Dónde está el sofista de este tiempo? ¿No
ha convertido Dios en necedad la sabiduría del mundo?
Y
puesto que, en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios por el camino
de la sabiduría, quiso Dios valerse de la necedad de la predicación para salvar
a los que creen.
Pues
los judíos exigen signos, los griegos buscan sabiduría; pero nosotros
predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los
gentiles; pero para los llamados -judíos o griegos-, un Cristo que es fuerza de
Dios.
Pues lo necio de Dios es más sabio que los hombres; y
lo débil del mundo es más fuerte que los hombres. Palabra
de Dios
Salmo
32, 1-2. 4-5. 10-11
R/. La
misericordia del Señor llena la tierra
V. Aclamen,
justos, al Señor,
que
merece la alabanza de los buenos.
Den
gracias al Señor con la cítara,
toquen
en su honor el arpa de diez cuerdas. R/.
V.
La palabra del Señor es sincera,
y
todas sus acciones son leales;
él
ama la justicia y el derecho,
y
su misericordia llena la tierra. R/.
V.
El Señor deshace los planes de las naciones,
frustra
los proyectos de los pueblos;
pero
el plan del Señor subsiste por siempre;
los
proyectos de su corazón, de edad en edad. R/.
Evangelio
¡Que
llega el esposo, salgan a su encuentro!
Lectura
del santo evangelio según san Mateo 25, 1-13
En
aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
«El
reino de los cielos se parece a diez vírgenes que tomaron sus lámparas y
salieron al encuentro del esposo.
Cinco
de ellas eran necias y cinco prudentes.
Las
necias, al tomar las lámparas, no se proveyeron de aceite; en cambio, las
prudentes se llevaron alcuzas de aceite con lámparas.
El
esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron.
A
medianoche se oyó una voz:
"¡Que
llega el esposo, salgan a su encuentro!".
Entonces
se despertaron todas aquellas vírgenes y se pusieron a preparar sus lámparas.
Y
las necias dijeron a las prudentes:
"Dennos
de su aceite, que se nos apagan las lámparas".
Pero
las prudentes contestaron:
"Por
si acaso no hay bastante para ustedes y nosotras,
mejor
es que vayan a la tienda y se lo compren".
Mientras
iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él
al banquete de bodas, y se cerró la puerta.
Más
tarde llegaron también las otras vírgenes, diciendo:
"Señor,
señor, ábrenos".
Pero
él respondió:
"En
verdad les digo que no las conozco".
Por tanto, velen, porque no saben el día ni la hora». Palabra del Señor
30 de agosto, Viernes de la 21ª semana del
Tiempo Ordinario. Feria
Primera
lectura - Predicamos a Cristo crucificado: escándalo
para los hombres; pero para los llamados es sabiduría de Dios
Lectura de la primera carta del apóstol san
Pablo a los Corintios 1, 17-25
Salmo
32, 1-2. 4-5. 10-11
R/. La
misericordia del Señor llena la tierra
Evangelio - ¡Que llega el
esposo, salgan a su encuentro!
Lectura del
santo evangelio según san Mateo 25, 1-13
La parábola de las diez vírgenes es una llamada urgente a vivir en preparación constante para el encuentro con Cristo. Este evangelio nos desafía a reflexionar sobre cómo estamos viviendo nuestras vidas y si estamos realmente preparados para el día del juicio. No se trata solo de esperar, sino de vivir en el Espíritu, dejando que la gracia de Dios nos guíe en cada momento, para que cuando llegue el Esposo, estemos listos para entrar con Él en la alegría eterna del Reino de los Cielos.
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