02 de agosto, Viernes
de la 17ª semana del Tiempo Ordinario. Feria O Memoria Libre de San
Eusebio de Vercelli, obispo; San Pedro Julián Eymard,
presbítero. Salt. 1ª semana.
Primera lectura
Lectura de la profecía de Jeremías 26, 1-9
Al comienzo del reinado de Joaquín, hijo de
Josías, rey de Judá, vino esta palabra del Señor a Jeremías: «Así dice el
Señor: Ponte en el atrio del templo y di a todos los ciudadanos de Judá que
entran en el templo para adorar, las palabras que yo te mandé decirles; no
dejes ni una sola. A ver si escuchan y se convierte cada cual, de su mala
conducta, y me arrepiento, del mal que medito hacerles, a causa de sus malas
acciones. Les dirás: Así dice el Señor: Si no me obedecéis, cumpliendo la ley
que os di en vuestra presencia, y escuchando las palabras de mis siervos, los
profetas, que os enviaba sin cesar (y vosotros no escuchabais), entonces
trataré a este templo como al de Silo, a esta ciudad la haré fórmula de
maldición para todos los pueblos de la tierra.»
Los profetas, los sacerdotes y el pueblo oyeron a Jeremías decir estas
palabras, en el templo del Señor. Y, cuando terminó Jeremías de decir cuanto el
Señor le había mandado decir al pueblo, lo agarraron los sacerdotes y los
profetas y el pueblo, diciendo: «Eres reo de muerte. ¿Por qué profetizas en
nombre del Señor que este templo será como el de Silo, y esta ciudad quedará en
ruinas, deshabitada?»
Y el pueblo se juntó contra Jeremías en el templo del Señor. Palabra de Dios
Salmo
68, 5. 8-10. 14
R/. Que me escuche tu gran bondad,
Señor.
Más que los pelos de mi cabeza
son los que me odian sin razón;
más duros que mis huesos,
los que me atacan injustamente.
¿Es que voy a devolver lo que no he robado? R/.
Por ti he aguantado afrentas,
la vergüenza cubrió mi rostro.
Soy un extraño para mis hermanos,
un extranjero para los hijos de mi madre;
porque me devora el celo de tu templo,
y las afrentas con que te afrentan caen sobre mí. R/.
Pero mi oración se dirige a ti,
Dios mío, el día de tu favor;
que me escuche tu gran bondad,
que tu fidelidad me ayude. R/.
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo 13,
54-58
En aquel tiempo fue Jesús a su ciudad y se puso a enseñar en la sinagoga. La
gente decía admirada: «¿De dónde saca éste esa sabiduría y esos milagros? ¿No
es el hijo del carpintero? ¿No es su madre María, y sus hermanos, Santiago,
José, Simón y Judas? ¿No viven aquí todas sus hermanas? Entonces, ¿de dónde
saca todo eso?» Y aquello les resultaba escandaloso.
Jesús les dijo: «Sólo en su tierra y en su casa desprecian a un profeta.» Y no
hizo allí muchos milagros, porque les faltaba fe. Palabra del Señor
02 de agosto, Viernes
de la 17ª semana del Tiempo Ordinario. Feria O Memoria Libre de San
Eusebio de Vercelli, obispo; San Pedro Julián Eymard, presbítero.
Lectura de la
profecía de Jeremías 26, 1-9
Salmo 68, 5. 8-10. 14
R/. Que me escuche tu gran bondad, Señor.
Lectura del
santo evangelio según san Mateo 13, 54-58
Hoy en
día, este pasaje nos desafía a examinar cómo nuestras propias percepciones y
prejuicios pueden impedirnos ver la verdad. ¿Cuántas veces hemos subestimado o
ignorado a alguien porque creíamos conocerlo bien? ¿Cómo nuestras expectativas
limitadas pueden impedirnos experimentar el poder y la gracia de Dios en
nuestras vidas?
En
nuestra vida cotidiana, estamos llamados a abrir nuestros corazones y mentes, a
reconocer a Dios actuando en formas inesperadas y en personas que quizá hemos
subestimado. La fe, no la familiaridad, es lo que nos permite experimentar los
milagros de Dios.
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