3 de junio, Lunes de la 9ª semana
de Tiempo Ordinario. Memoria Obligatoria Santos Carlos Lwanga y compañeros,
mártires. Salt. 1ª semana.
PRIMERA LECTURA
Se nos han
concedido las más grandes y valiosas promesas,
a fin de
que lleguéis a participar de la naturaleza divina
Lectura de la segunda carta del apóstol
san Pedro 1, 2-7
Hermanos:
Lleguen a ustedes la gracia y la paz en
abundancia, por medio del conocimiento de Dios y de Jesucristo, nuestro Señor.
Su poder divino, en efecto, nos ha
concedido gratuitamente todo lo necesario para la vida y la piedad, haciéndonos
conocer a aquel que nos llamó por la fuerza de su propia gloria. Gracias a
ella, se nos han concedido las más grandes y valiosas promesas, a fin de que
ustedes lleguen a participar de la naturaleza divina, sustrayéndose a la
corrupción que reina en el mundo a causa de los malos deseos.
Por esta misma razón, pongan todo el
empeño posible en unir a la fe, la virtud; a la virtud, el conocimiento; al
conocimiento, la templanza; a la templanza, la perseverancia; a la
perseverancia, la piedad; a la piedad, el espíritu fraternal, y al espíritu
fraternal, el amor. Palabra de Dios.
Salmo 90, 1-2. 14-15a. 15b-16 (R.: cf.
2b)
R/. Dios
mío, confío en ti.
Tú que vives al amparo del Altísimo
y resides a la sombra del Todopoderoso,
di al Señor: «Mi
refugio y mi baluarte,
mi Dios, en quien confío.» R/.
«El se
entregó a mí,
por eso, yo lo glorificaré;
lo protegeré, porque conoce mi Nombre;
me invocará, y yo le responderé.» R/.
«Estará
con él en el peligro,
lo defenderé y lo glorificaré;
le haré gozar de una larga vida
y le haré ver mi salvación.» R/.
EVANGELIO
Apoderándose
del hijo amado, lo mataron y lo arrojaron fuera de la viña
Lectura del santo Evangelio según san
Marcos 12, 1-12
Jesús se puso a hablar en parábolas a
los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos:
—«Un
hombre plantó una viña, la cercó, cavó un lagar y construyó una torre de
vigilancia. Después la arrendó a unos viñadores y se fue al extranjero.
A su debido tiempo, envió a un servidor
para percibir de los viñadores la parte de los frutos que le correspondía. Pero
ellos lo tomaron, lo golpearon y lo echaron con las manos vacías.
De nuevo les envió a otro servidor, y a
este también lo maltrataron y lo llenaron de ultrajes. Envió a un tercero, y a
este lo mataron. Y también golpearon o mataron a muchos otros.
Todavía le quedaba alguien, su hijo, a
quien quería mucho, y lo mandó en último término, pensando: "Respetarán a
mi hijo." Pero los viñadores se dijeron: "Este es el heredero: vamos
a matarlo y la herencia será nuestra." Y apoderándose de él, lo mataron y
lo arrojaron fuera de la viña.
¿Qué hará el dueño de la viña? Vendrá,
acabará con los viñadores y entregará la viña a otros.
¿No han
leído este pasaje de la Escritura: “la piedra que los constructores rechazaron
ha llegado a ser la piedra angular: esta es la obra del Señor, admirable
a nuestros ojos”?».
Entonces buscaban la manera de detener
a Jesús, porque comprendían que esta parábola la había dicho por ellos, pero
tenían miedo de la multitud. Y dejándolo, se fueron. Palabra del Señor.
3 de junio, Lunes de la 9ª semana de Tiempo Ordinario. Memoria
Obligatoria Santos Carlos Lwanga y compañeros, mártires.
Se nos han concedido las más grandes y
valiosas promesas,
a fin de que lleguéis a participar de la
naturaleza divina
Lectura de la segunda carta del apóstol
san Pedro 1, 2-7
Salmo 90, 1-2. 14-15a. 15b-16
R/. Dios mío, confío en ti.
Apoderándose del hijo amado, lo mataron y
lo arrojaron fuera de la viña
Lectura del santo Evangelio según san
Marcos 12, 1-12
Marcos 12, 1-12 nos enseña sobre la grave
responsabilidad de ser fieles administradores de lo que Dios ha confiado. La
parábola advierte que el rechazo de la voluntad de Dios y de su Hijo amado
conlleva consecuencias severas. Además, muestra que Jesús, a pesar de ser
rechazado, es el fundamento indispensable del nuevo pueblo de Dios. Este pasaje
nos invita a reflexionar sobre nuestra propia fidelidad y a reconocer la
centralidad de Jesús en la obra redentora de Dios. Nos desafía a producir
frutos de justicia y a ser receptivos a la misión y enseñanza de Cristo.
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