28 de junio Viernes
de la 12ª semana del Tiempo Ordinario. Memoria Obligatoria. San Irineo, obispo
y mártir. Salt. 4ª semana.
Primera lectura
Lectura del segundo libro de los Reyes 25, 1-12
El año noveno del reinado de Sedecías, el día diez del décimo mes,
Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino a Jerusalén con todo su ejército, acampó
frente a ella y construyó torres de asalto alrededor. La ciudad quedó sitiada
hasta el año once del reinado de Sedecías, el día noveno del mes cuarto. El
hambre apretó en la ciudad, y no había pan para la población. Se abrió brecha
en la ciudad, y los soldados huyeron de noche por la puerta entre las dos
murallas, junto a los jardines reales, mientras los caldeos rodeaban la ciudad,
y se marcharon por el camino de la estepa. El ejército caldeo persiguió al rey;
lo alcanzaron en la estepa de Jericó, mientras sus tropas se dispersaban
abandonándolo. Apresaron al rey y se lo llevaron al rey de Babilonia, que
estaba en Ribla, y lo procesó. A los hijos de Sedecías los hizo ajusticiar ante
su vista; a Sedecias lo cegó, le echó cadenas de bronce y lo llevó a Babilonia.
El día primero del quinto mes, que corresponde al año diecinueve del reinado de
Nabucodonosor en Babilonia, llegó a Jerusalén Nabusardán, jefe de la guardia,
funcionario del rey de Babilonia. Incendió el templo, el palacio real y las
casas de Jerusalén, y puso fuego a todos los palacios. El ejército caldeo, a
las órdenes del jefe de la guardia, derribó las murallas que rodeaban a
Jerusalén. Nabusardán, jefe de la guardia, se llevó cautivos al resto del
pueblo que había quedado en la ciudad, a los que se habían pasado al rey de
Babilonia y al resto de la plebe. De la clase baja dejó algunos como viñadores
y hortelanos. Palabra de Dios
Salmo 136,1-2.3.4-5.6
R/. Que
se me pegue la lengua al paladar sí no me acuerdo de ti
Junto a los canales de Babilonia
nos sentamos a llorar con nostalgia de Sión;
en los sauces de sus orillas
colgábamos nuestras cítaras. R/.
Allí los que nos deportaron
nos invitaban a cantar;
nuestros opresores, a divertirlos:
«Cantadnos un cantar de Sión.» R/.
¡Cómo cantar un cántico del Señor
en tierra extranjera!
Si me olvido de ti, Jerusalén,
que se me paralice la mano derecha. R/.
Que se me pegue la lengua al paladar
si no me acuerdo de ti,
si no pongo a Jerusalén
en la cumbre de mis alegrías. R/.
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo 8, 1-4
En aquel tiempo, al bajar Jesús del monte, lo siguió mucha gente.
En esto, se le acercó un leproso, se arrodilló y le dijo: «Señor, si quieres,
puedes limpiarme.»
Extendió la mano y lo tocó, diciendo: «Quiero, queda limpio.»
Y en seguida quedó limpio de la lepra.
Jesús le dijo: «No se lo digas a nadie, pero, para que conste, ve a presentarte
al sacerdote y entrega la ofrenda que mandó Moisés.» Palabra del Señor
28 de junio Viernes
de la 12ª semana del Tiempo Ordinario. Memoria Obligatoria. San Irineo,
obispo y mártir.
Lectura del segundo libro de los Reyes 25, 1-12
Salmo 136, 1-2.3.4-5.6
R/. Que se me pegue la lengua
al paladar sí no me acuerdo de ti
Lectura del santo evangelio según san Mateo 8, 1-4
Al reflexionar sobre este pasaje, recordemos que el
toque de Jesús trae sanidad y restauración no solo física, sino también
espiritual y social. Nos desafía a ser agentes de su amor en un mundo lleno de
barreras y exclusiones.
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