29 de abril, Lunes de la 5ª semana de
Pascua. Feria. Memoria Obligatoria. Santa Catalina de Siena,
virgen y doctora de la Iglesia. Salt. 1ª semana.
Primera lectura
Lectura del libro de los
Hechos de los apóstoles 14, 5-18
En aquellos días, cuando en Iconio se produjeron conatos de violencia de parte
de los gentiles y de los judíos, con sus autoridades, para maltratar a Pablo y
a Bernabé y apedrearlos; al darse cuenta de la situación, huyeron a las
ciudades de Licaonia, a Listra y Derbe y alrededores, donde se pusieron a predicar
el Evangelio.
Había en Listra, sentado, un hombre impedido de pies; cojo desde el seno de su
madre, nunca había podido andar. Estaba escuchando las palabras de Pablo, y
este, fijando en él la vista y viendo que tenía una fe capaz de obtener la salud,
le dijo en voz alta:
«Levántate, ponte derecho sobre tus pies».
El hombre dio un salto y echó a andar. Al ver lo que Pablo había hecho, el
gentío exclamó en la lengua de Licaonia: «Los dioses en figura de hombres han
bajado a visitarnos».
A Bernabé lo llamaban Zeus, y a Pablo, Hermes, porque se encargaba de hablar.
El sacerdote del templo de Zeus que estaba a la entrada de la ciudad trajo a
las puertas toros y guirnaldas y, con la gente, quería ofrecerles un
sacrificio.
Al oírlo los apóstoles Bernabé y Pablo, se rasgaron el manto e irrumpieron por
medio del gentío, gritando y diciendo:
«Hombres, ¿qué hacéis? También nosotros somos humanos de vuestra misma
condición; os anunciamos esta Buena Noticia: que dejéis los ídolos vanos y os
convirtáis al Dios vivo “que hizo el cielo, la tierra y el mar y todo lo que
contienen”. En las generaciones pasadas, permitió que cada pueblo anduviera su
camino; aunque no ha dejado de dar testimonio de sí mismo con sus beneficios,
mandándoos desde el cielo la lluvia y las cosechas a sus tiempos, dándoos
comida y alegría en abundancia».
Con estas palabras, a dura penas disuadieron al gentío de que les ofrecieran un
sacrificio. Palabra de Dios
Salmo 113b, 1-2.3-4.15-16
R/. No a
nosotros, Señor, no a nosotros, sino a tu nombre da la gloria
No
a nosotros, Señor, no a nosotros,
sino
a tu nombre da la gloria,
por
tu bondad, por tu lealtad.
¿Por
qué han de decir las naciones:
«Dónde
está su Dios»? R/.
Nuestro
Dios está en el cielo,
lo
que quiere lo hace.
Sus
ídolos, en cambio, son plata y oro,
hechura
de manos humanas. R/.
Benditos
seáis del Señor,
que
hizo el cielo y la tierra.
El
cielo pertenece al Señor,
la
tierra se la ha dado a los hombres. R/.
Evangelio
Lectura del santo
evangelio según san Juan 14, 21-26
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«El que acepta mis
mandamientos y los guarda, ese me ama; al que me ama será amado por mi Padre, y
yo también lo amaré y me manifestaré a él».
Le dijo Judas, no el Iscariote: «Señor, ¿qué ha sucedido para que te reveles a
nosotros y no al mundo?»
Respondió Jesús y le dijo: «El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo
amará, y vendremos a él y haremos morada en él.
El que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es
mía, sino del Padre que me envió.
Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Paráclito, el
Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo
y os vaya recordando todo lo que os he dicho». Palabra del Señor
29 de abril,
Lunes de la 5ª semana de Pascua. Feria. Memoria Obligatoria. Santa Catalina de Siena, virgen y
doctora de la Iglesia.
Lectura del
libro de los Hechos de los apóstoles 14, 5-18
Salmo 113b,
1-2.3-4.15-16
R/. No a
nosotros, Señor, no a nosotros, sino a tu nombre da la gloria
Lectura del
santo evangelio según san Juan 14, 21-26
En
resumen, Juan 14, 21-26 nos ofrece una visión
profunda de la relación entre Jesús y sus discípulos, así como la promesa de la
presencia y la obra continua del Espíritu Santo en la vida de los creyentes.
Nos anima a vivir en amor y obediencia a Cristo, confiando en su promesa de
estar con nosotros siempre por medio del Espíritu Santo.
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