24 de enero, Miércoles
de la 3ª semana del Tiempo Ordinario. Memoria Obligatoria. San Francisco de
Sales, obispo y doctor de la Iglesia. Salt. 3ª semana.
Primera lectura
Lectura del
segundo libro de Samuel 7, 4-17
En aquellos días, recibió Natán la siguiente palabra del Señor: «Ve y dile a mi
siervo David: “Así dice el Señor: ¿Eres tú quien me va a construir una casa
para que habite en ella? Desde el día en que saqué a los israelitas de Egipto
hasta hoy, no he habitado en una casa, sino que he viajado de acá para allá en
una tienda que me servía de santuario. Y, en todo el tiempo que viajé de acá
para allá con los israelitas, ¿encargué acaso a algún juez de Israel, a los que
mandé pastorear a mi pueblo Israel, que me construyese una casa de cedro?” Pues
bien, di esto a mi siervo David: “Así dice el Señor de los ejércitos: Yo te
saqué de los apriscos, de andar tras las ovejas, para que fueras jefe de mi
pueblo Israel. Yo estaré contigo en todas tus empresas, acabaré con tus
enemigos, te haré famoso como a los más famosos de la tierra. Daré un puesto a
Israel, mi pueblo: lo plantaré para que viva en él sin sobresaltos, y en
adelante no permitiré que los malvados lo aflijan como antes, cuando nombré
jueces para gobernar a mi pueblo Israel. Te pondré en paz con todos tus
enemigos, y, además, el Señor te comunica que te dará una dinastía. Y, cuando
tus días se hayan cumplido y te acuestes con tus padres, afirmaré después de ti
la descendencia que saldrá de tus entrañas, y consolidaré su realeza. Él
construirá una casa para mi nombre, y yo consolidaré el trono de su realeza
para siempre. Yo seré para él padre, y él será para mí hijo; si se tuerce, lo
corregiré con varas y golpes como suelen los hombres, pero no le retiraré mi
lealtad como se la retiré a Saúl, al que aparté de mi presencia. Tu casa y tu
reino durarán por siempre en mi presencia; tu trono permanecerá por siempre.”»
Natán comunicó a David toda la visión y todas estas palabras. Palabra de
Dios
Salmo
88, 4-5.27-28.29-30
R/. Le
mantendré eternamente mi favor__
Sellé una alianza con mi elegido,
jurando a David, mi siervo:
«Te fundaré un linaje perpetuo,
edificaré tu trono para todas las edades.» R/.
«Él me invocará: “Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora”;
y yo lo nombraré mi primogénito,
excelso entre los reyes de la tierra.» R/.
«Le mantendré eternamente mi favor,
y mi alianza con él será estable;
le daré una prosperidad perpetua
y un trono duradero como el cielo.» R/.
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Marcos 4, 1-20
En aquel tiempo, Jesús se puso a enseñar otra vez
junto al lago. Acudió un gentío tan enorme que tuvo que subirse a una barca; se
sentó, y el gentío se quedó en la orilla.
Les enseñó mucho rato con parábolas, como él solía enseñar: «Escuchad: Salió el
sembrador a sembrar; al sembrar, algo cayó al borde del camino, vinieron los
pájaros y se lo comieron.
Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas
tenía tierra; como la tierra no era profunda, brotó en seguida; pero, en cuanto
salió el sol, se abrasó y, por falta de raíz, se secó. Otro poco cayó entre
zarzas; las zarzas crecieron, lo ahogaron, y no dio grano. El resto cayó en
tierra buena: nació, creció y dio grano; y la cosecha fue del treinta o del
sesenta o del ciento por uno.»
Y añadió: «El que tenga oídos para oír, que oiga.»
Cuando se quedó solo, los que estaban alrededor y los
Doce le preguntaban el sentido de las parábolas.
Él les dijo: «A vosotros se os han comunicado los secretos del reino de Dios;
en cambio, a los de fuera todo se les presenta en parábolas, para que, por más
que miren, no vean, por más que oigan, no entiendan, no sea que se conviertan y
los perdonen.”»
Y añadió: «¿No entendéis esta parábola? ¿Pues, cómo
vais a entender las demás? El sembrador siembra la palabra. Hay unos que están
al borde del camino donde se siembra la palabra; pero, en cuanto la escuchan,
viene Satanás y se lleva la palabra sembrada en ellos.
Hay otros que reciben la simiente como terreno
pedregoso; al escucharla, la acogen con alegría, pero no tienen raíces, son
inconstantes y, cuando viene una dificultad o persecución por la palabra, en
seguida sucumben. Hay otros que reciben la simiente entre zarzas; éstos son los
que escuchan la palabra, pero los afanes de la vida, la seducción de las
riquezas y el deseo de todo lo demás los invaden, ahogan la palabra, y se queda
estéril. Los otros son los que reciben la simiente en tierra buena; escuchan la
palabra, la aceptan y dan una cosecha del treinta o del sesenta o del ciento
por uno.» Palabra del Señor
24 de enero, Miércoles de la 3ª semana del Tiempo
Ordinario.
Memoria
Obligatoria. San Francisco de Sales, obispo y doctor de la Iglesia.
Lectura
del segundo libro de Samuel 7, 4-17
Salmo
88, 4-5.27-28.29-30
Evangelio
según san Marcos 4, 1-20
relata la parábola
del sembrador, una enseñanza importante de Jesús sobre el Reino de Dios y la
respuesta de las personas a su mensaje. Aquí hay algunas reflexiones sobre el
aporte teológico y espiritual que se puede extraer de este pasaje: La
importancia de la Palabra de Dios, Diversidad de respuestas, Los obstáculos y
desafíos, La paciencia de Dios, La llamada a la conversión.
En resumen, el pasaje de San Marcos 4, 1-20
aporta valiosas lecciones teológicas y espirituales sobre la importancia de la
Palabra de Dios, la diversidad de respuestas, los desafíos en la vida
espiritual, la paciencia divina y la llamada a la conversión.
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