10 de abril, Miércoles de la 2ª semana de
Pascua. Salt. 2ª semana.
Primera lectura
Los hombres que vosotros arrestasteis están en el templo y
enseñan al pueblo.
Lectura del libro de los
Hechos de los apóstoles 5, 17-26
En aquellos días, el sumo sacerdote y todos los suyos, que integran la secta de
los saduceos, en un arrebato de celo, prendieron a los apóstoles y los metieron
en la cárcel pública. Pero, por la noche, el ángel del Señor les abrió las puertas
de la cárcel y los sacó fuera, diciéndoles:
«Marchaos y, cuando lleguéis al templo, explicad al pueblo todas estas palabras
de vida».
Entonces ellos, al oírlo, entraron en el templo al amanecer y se pusieron a
enseñar. Llegó entre tanto el sumo sacerdote con todos los suyos, convocaron el
Sanedrín y el pleno de los ancianos de los hijos de Israel, y mandaron a la
prisión para que los trajesen. Fueron los guardias, no los encontraron en la
cárcel, y volvieron a informar, diciendo:
«Hemos encontrado la prisión cerrada con toda seguridad, y a los centinelas en
pie a las puertas; pero, al abrir, no encontramos a nadie dentro».
Al oír estas palabras, ni el jefe de la guardia del templo ni los sumos
sacerdotes atinaban a explicarse qué había pasado. Uno se presentó, avisando:
«Mirad, los hombres que metisteis en la cárcel están en el templo, enseñando al
pueblo».
Entonces el jefe salió con los guardias y se los trajo, sin emplear la fuerza,
por miedo a que el pueblo los apedrease. Palabra de Dios
Salmo
33,2-3.4-5.6-7.8-9
R/. Si el
afligido invoca al Señor, él lo escucha
Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.
Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias. R/.
Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
El afligido invocó al Señor,
él lo escuchó y lo salvó de sus angustias. R/.
El ángel del Señor acampa en torno a sus fieles
y los protege.
Gustad y ved qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él. R/.
Evangelio
Dios envió su Hijo para que el mundo se salve por él
Lectura del santo
evangelio según san Juan 3, 16-21
Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree
en él no perezca, sino que tenga vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el
mundo se salve por él.
El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha
creído en el nombre del Unigénito de Dios.
Este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la
tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal
detesta la luz, y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras.
En cambio, el que obra la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus
obras están hechas según Dios. Palabra del Señor
10 de abril, Miércoles de la 2ª semana de Pascua.
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles
5, 17-26
Salmo 33,2-3.4-5.6-7.8-9
R/. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha
Lectura del santo evangelio según san Juan 3, 16-21
es uno de los textos bíblicos más conocidos
y citados en el contexto de la Pascua, ya que encapsula la esencia del mensaje
cristiano sobre el amor redentor de Dios manifestado en Jesucristo. Aquí te
ofrezco una propuesta teológica y exegética de este pasaje en el contexto de la
Pascua: Propuesta Teológica: El Amor de Dios, La
Encarnación, La Fe y la Salvación, La Luz y la Oscuridad; Propuesta Exegética: Contexto,
Énfasis en la Misión de Jesús, Contraste entre Luz y Oscuridad.
En resumen, Juan 3, 16-21 ofrece una poderosa reflexión
teológica sobre el amor redentor de Dios manifestado en Jesucristo, así como
una exégesis que destaca la importancia de la fe, la salvación y el contraste
entre la luz y la oscuridad en el contexto de la Pascua.
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