martes, 2 de abril de 2024

02 de abril. Martes de la Octava de Pascua (hecho con Spreaker)


02 de abril. Martes de la Octava de Pascua.

Primera lectura

ectura del libro de los Hechos de los apóstoles 2,14a. 36-41
El día de Pentecostés, decía Pedro a los judíos:
«Con toda seguridad conozca toda la casa de Israel que al mismo Jesús, a quien vosotros crucificasteis, Dios lo ha constituido Señor y Mesías».
Al oír esto, se les traspasó el corazón, y preguntaron a Pedro y a los demás apóstoles:
«¿Qué tenemos que hacer, hermanos?».
Pedro les contestó:
«Convertíos y sea bautizado cada uno de vosotros en el nombre de Jesús, el Mesías, para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque la promesa vale para vosotros y para vuestros hijos, y para los que están lejos, para cuantos llamare a sí el Señor Dios nuestro».
Con estas y otras muchas razones dio testimonio y los exhortaba diciendo:
«Salvaos de esta generación perversa».
Los que aceptaron sus palabras se bautizaron, y aquel día fueron agregadas unas tres mil personas. Palabra de Dios

 

Salmo 32, 4-5.18-19.20.22
R/. La misericordia del Señor llena la tierra

La palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra.
 R/.

Los ojos del Señor están puestos en quien lo teme,
en los que esteran su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre.
 R/.

Nosotros aguardamos al Señor:
él es nuestro auxilio y escudo.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti. 
R/.

 


Secuencia
(Opcional)

Ofrezcan los cristianos
ofrendas de alabanza
a gloria de la Víctima
propicia de la Pascua.

Cordero sin pecado
que a las ovejas salva,
a Dios y a los culpables
unió con nueva alianza.

Lucharon vida y muerte
en singular batalla,
y, muerto el que es la Vida,
triunfante se levanta.

«¿Qué has visto de camino,
María, en la mañana?»
«A mi Señor glorioso,
la tumba abandonada,

los ángeles testigos,
sudarios y mortaja.
¡Resucitó de veras
mi amor y mi esperanza!

Venid a Galilea,
allí el Señor aguarda;
allí veréis los suyos
la gloria de la Pascua.»

Primicia de los muertos,
sabemos por tu gracia 
que estás resucitado;
la muerte en ti no manda.

Rey vencedor, apiádate
de la miseria humana
y da a tus fieles parte
en tu victoria santa.

 

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Juan 20, 11-18
En aquel tiempo, estaba María fuera, junto al sepulcro, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús.
Ellos le preguntan: «Mujer, ¿por qué lloras?».
Ella contesta: «Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto».
Dicho esto, se vuelve y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús.
Jesús le dice: «Mujer, ¿por qué lloras?».
Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta:
«Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré».
Jesús le dice: «¡María!».
Ella se vuelve y le dice.
«¡Rabbuní!», que significa: «¡Maestro!».
Jesús le dice: «No me retengas, que todavía no he subido al Padre. Pero, anda, ve a mis hermanos y diles: “Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro”».
María la Magdalena fue y anunció a los discípulos: «He visto al Señor y ha dicho esto». Palabra del Señor

 

 

02 de abril. Martes de la Octava de Pascua.

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 2, 14a. 36-41

Salmo 32, 4-5.18-19.20.22
R/. La misericordia del Señor llena la tierra

Secuencia

Lectura del santo evangelio según san Juan 20, 11-18

 

narra el encuentro de María Magdalena con Jesús resucitado fuera del sepulcro. Este encuentro tiene varias implicaciones teológicas y espirituales dentro del contexto de la octava de Pascua.

En este pasaje, María Magdalena se encuentra afligida y llorando fuera del sepulcro de Jesús. Su dolor y desconcierto son palpables, pero su encuentro con Jesús resucitado cambia completamente su perspectiva. Cuando Jesús se le aparece y la llama por su nombre, ella lo reconoce y se llena de alegría y asombro.

Esta narrativa ofrece varias enseñanzas teológicas y espirituales: La intimidad y el reconocimiento personal, La superación del dolor y la tristeza, La importancia de la fe y la confianza, El papel de las mujeres en el ministerio de Jesús.

 

En el contexto de la octava de Pascua, este pasaje nos recuerda la centralidad de la resurrección de Jesús en la fe cristiana y nos invita a celebrar la victoria sobre la muerte y el poder transformador de la presencia viva de Jesús en nuestras vidas. Nos anima a mantener viva nuestra fe incluso en momentos de dificultad, confiando en que la resurrección de Jesús nos da esperanza y nos capacita para vivir como sus discípulos en el mundo.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario